¿Un Partido Comunista en la boleta?
El PCM ha recibido el respaldo de viejos ‘lobos de Marx’ que buscan recuperar el registro para la clase trabajadora, a cien años de la llegada del fantasma del comunismo en México.
El pasado 28 de enero, una comisión del Comité Central del Partido Comunista de México acudió a la sede del Instituto Nacional Electoral, para entregar la notificación en que expresa su interés para ejercer sus derechos electorales. Con esta Notificación y la documentación entregada se cumple con el Instructivo emitido por el Consejo General del INE el 18 de Diciembre del 2018, en el que se convocó a las organizaciones interesadas en obtener registro electoral y convertirse en partido político nacional, a entregar y cumplir los requisitos necesarios. Entre la variopinta gama de proyectos, donde hay ambientalistas, ‘chapulines’ políticos, expresidentes, académicos y tianguistas, han resaltado Redes Sociales Progresistas, con familiares de Elba Esther Gordillo; México Libre, con Margarita Zavala y Felipe Calderón; Ahora de Emilio Álvarez Icaza; Cambiemos por México de Gabriel Quadri; Futuro de Pedro Kumamoto; la Unión Nacional Sinarquista, con larga historia, etc. La casi sesenta organizaciones que ya pasaron el primer filtro -alrededor de cuarenta ya fueron descartadas-, deberán reunir casi 234 mil afiliaciones en un mínimo de 20 entidades.
Otra vertiente de organizaciones que buscan el registro electoral, son, paradójicamente quizá, las ‘antisistémicas’, como el Frente Anticapitalista de los Trabajadores y el Partido Comunista de México, los cuales buscarían destruir al monstruo desde sus entrañas. Enfoquémonos en el segundo. El PCM, que nació el 20 de noviembre del 94, cumplirá 25 años de trayectoria, y se dice continuador de la corriente comunista formada en México en 1919, con la fundación del primer Partido Comunista Mexicano, el cual sí llegó a tener registro electoral durante los periodos de Cárdenas, Ávila Camacho y López Portillo, hasta su autodisolución en 1981 y fusión con otras organizaciones, utilizando su último registro para formar el Partido Socialista Unificado de México en 1982, el Partido Mexicano Socialista en 1987 y, finalmente, el Partido de la Revolución Democrática en 1989, partido en el que se diluyó completamente la vertiente socialista.
Dicen las y los comunistas afiliados en este Partido Comunista (con la Ciudad de México como base, yo ubico a, por lo menos, cuatro ‘partidos comunistas’ que dicen ser, de un modo u otro, ‘herederos’ del ‘histórico’ PCM), cuáles son sus intenciones al buscar el registro nacional, texto que pueden consultar en su página www.comunistas-mexicanos.org: “Dejamos asentado que consideramos restrictivos los requisitos existentes en el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales para la obtención del registro electoral, lo que en los hechos limita los derechos políticos y electorales de la clase obrera, y de su partido de clase el Partido Comunista, por lo que iniciamos una lucha por conquistar derechos políticos y electorales, no solo para los comunistas, sino para el conjunto de los trabajadores de nuestro país […] Esta lucha no la daremos solos, hay una inmensa voluntad de cambio entre los trabajadores y sectores populares, que no está representada en ninguno de los partidos hoy registrados. Miles nos han expresado simpatía y apoyo. Pero tiene que darse un cambio en el sistema electoral pues es antidemocrático. De ninguna manera admitiremos una ley electoral que condene el derecho del pueblo a la rebelión, derecho sagrado de nuestro pueblo, y en consecuencia nos rehusamos a una ley electoral como la actual, en que quien la admite se compromete a defender un Estado de derecho ominoso que ha reprimido, asesinado al pueblo trabajador, y que rezuma corrupción por doquier. […] De ninguna manera admitimos que para actuar electoralmente tengamos que renunciar a nuestros vínculos internacionales, en primer lugar porqué los comunistas consideramos que la unidad internacional de los trabajadores es un arma poderosa e irrenunciable. Es además una simulación tal contenido de la legislación electoral, pues varios de los partidos burgueses mantienen membresía en la Democracia Cristiana Internacional, en la Internacional Socialista, etc. El Partido Comunista de México considera un principio irrenunciable de su identidad el internacionalismo proletario, y con base en sus decisiones soberanas, tomadas exclusivamente por su militancia mantendrá las relaciones bilaterales internacionales que considere y coadyuvará a la coordinación y colaboración del movimiento comunista internacional”.
En esa línea, el PCM, que en efecto, ha recibido el respaldo de viejos ‘lobos de Marx’, buscan recuperar un registro para la clase trabajadora, a cien años de la llegada del fantasma del comunismo en México, recorrido contra viento y marea que, quizá de manera tímida desde la caída de la URSS, sigue su curso.