Opinión

Cambio de hábitos: Niégate al maíz transgénico

Por Gerardo González Miranda

Los transgénicos dentro de la realidad biológica son como un cuento transformado en pesadilla.

La genética se transgrede y se le cambia el curso, lo cual tendrá diferente impacto en su caudal; es como cerrar el río Amazonas y construirle un prototipo idéntico al del río Querétaro, este caudal sólo durará unos años, después de 200 ó 300 años el río Amazonas volverá a su caudal original y el desquiciado que creyó que cambió la genética, que pudo controlar al Amazonas, ya habrá sido olvidado por la historia por ser uno de tantos delincuentes que hoy tienen poder pero sus actos no tienen el sentido de la trascendencia en la raza humana sensible; en 300 años la raza humana será vegana (vegetariano estricto) y vivirá en paz: De no ser así, estos pillos que prostituyen la mente, la tierra y la alimentación humana se habrán salido con la suya y para 300 años la raza humana ya estará a punto de desaparecer por la locura a la cual conlleva la insensibilidad, el trastorno mental y físico al cual ya habrán sido sometidos los seres humanos a través de los cambios genéticos, la violencia mediática que implica vender transgénicos, el envenenamiento de la tierra, la desaparición de flora endémica, la desaparición de la fauna, la proliferación de militares y policías como síntoma de enfermedad social, erradicación de carreras científicas y proliferación de carreras administrativas y bélicas…

Todo esto está detrás de Monsanto, empresa creada y propiedad del ejército estadounidense, Monsanto fue creada a partir de los experimentos en bombas químicas, las cuales terminaron como fertilizantes en los campos del mundo. Cabe señalar que Monsanto basa su “éxito” en la ignorancia de los campesinos, razón por la cual probablemente el colonialismo estadounidense impuso a un gobernante idiota, para propagar la mayor enfermedad que aqueja a la raza humana: la ignorante insensibilidad.

Actualmente se comenzó a hablar del maíz transgénico en México, desgraciadamente los ecólogos llevamos alarmando a los medios desde hace varias décadas, sin embargo, hasta hoy, que Monsanto preparó el camino para la implementación del maíz transgénico a través de la proliferación de marcas como Kellogg’s, Bimbo, Nestlé, base del consumo transgénico, hasta ahora los medios hablan de esto, lo digo de esta manera porque el asunto “Transgénicos en México”, no se reserva al maíz, éste debería tener su puesta en escena de Televisa, ¿qué tiene que ver una telenovela con el maíz transgénico? Que la imposición de la ignorante insensibilidad crea mentes que ya no perciben a la naturaleza como lo más preciado, o como dijo Albert Einstein: “El mundo no será destruido por aquellos seres malvados e insensibles, será destruido por los que no hacen nada al respecto.”

Esto el gobierno estadounidense ya lo tiene muy bien planeado, por eso Peña Nieto es un fraude y gobierna, por eso Televisa sigue insistiendo en convertir en idiotas a los habitantes, por eso el Estado mexicano –el cual es un importante monitor para el dominio económico estadounidense– es ignorante, violento, estúpido, es lo que Monsanto necesita para poder vender veneno.

Sólo un ser humano sin capacidad de percepción de la naturaleza puede ser cliente de Monsanto y sus firmas. Mencionaré algunas: Coca-Cola, Corona, Bimbo, Kellogg’s, Nestlé, Sabritas… Además de ser el primer propulsor de la industria cárnica a nivel mundial, lo cual les propongo analizarlo un poco con detenimiento antes de seguir con el discurso actual.

Si Monsanto es del ejército estadounidense, si el ejército estadounidense es malvado y mata inocentes, entonces: ¿Monsanto qué papel juega como estrategia bélica?

Los seres humanos que consumen productos cárnicos o de procedencia animal son seres humanos con percepción y sensibilidad limitada, son seres humanos que no comprenden lo esencial de la biodiversidad, todos los militares y narcos del mundo comen carne, entre esta gente no hay vegetarianos, hablo de esto porque detrás de cada hamburguesa de McDonalds o de cualquier pollo de Pilgrims está el ejército, las comunidades vegetarianas del mundo son de paz, y la paz y la salud mental son los enemigos acérrimos de Monsanto y su propietario, el ejército estadounidense…

¿Ya vieron como los transgénicos están presentes en cada alimento cotidiano de la mayoría de mexicanos?

Curar este cáncer se ve muy difícil pero no imposible.

El Estado basa su justificación en el costumbrismo, que es precisamente lo que debemos de cambiar, los hábitos.

Dejar de consumir productos industrializados, productos cárnicos y de procedencia animal… Yo lo hago, me cuesta muchísimo trabajo vivir en Querétaro, ciudad mexicana invadida de la nada, la nada es Monsanto, el robo de los sueños de niños y niñas, la hostilidad hacia aquellos que de manera hermosa venden sus productos de mercado, sin químicos y son arrasados por los grandes supermercados, en esta ciudad no se puede comer prácticamente nada natural, ni siquiera tabaco, hasta el chico que vende agua de coco natural lo anda quitando el municipio, que porque no porta permiso, tampoco es que se lo hayan otorgado, pero que tal doña Coca-Cola, ésa sí, hasta en el lugar más recóndito de este marginado lugar la encuentras…

Negarse al maíz transgénico es negarse a todo aquello que envenena la tierra y prostituye la espiritualidad humana, yo llevo haciéndolo años, una vez hasta Calderón me mandó sacar de mi casa en Mérida, Yucatán, y me mandó torturar, todo porque detrás de la guerra del narco está que lo impusieron, está también la ignorancia de la raza humana maltratada, sólo el ser humano maltratado se convierte en un armado y lo ponen a pelear: Éste es un maíz transgénico, desde la cosmogonía del gran libro, el Chilam Balam

Negarse al maíz transgénico implica cambiar de hábitos, implica volver a nacer, crear mis propios alimentos en mi huerto casero, salir en bicicleta, consumir en el mercado a los pequeños productores, saludar a todo mundo, confiar en todo mundo, ser como niño de maíz, ¿por qué? Si lo escribieron los abuelos fue por algo, los hombres y mujeres de maíz son aquellos que tienen alma humana, por eso los hombres, como el maíz, son blancos, amarillos, rojos y negros.

Negarse al maíz transgénico es cambiar de vida, evolucionar y sensibilizarnos, no comernos a otros seres con vida, no envenenar la tierra, sólo así la raza humana perduró, porque se alimentó con respeto a su gran dadora de vida: La Tierra.

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