Bella Ciao

Los insólitos mensajes de WhatsApp de la presidenta de la SCJN

El presidente de la mesa directiva del Senado, Alejandro Armenta, dio a conocer un diálogo por celular, de la noche del 16 de mayo, con la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña.

Fue la ministra Piña la que buscó la comunicación con el presidente del Senado. Ese mismo día la ministra consiguió el número de celular del senador, lo que significa que no lo tenía y que, por lo tanto, no había comunicación entre ellos.

Desde el inicio, y a pesar de no tener comunicación previa, y a pesar de los cargos que ejerce cada uno, la comunicación se da en un modo totalmente informal.

La redacción de los mensajes de la ministra es pésima, por decir lo menos, tan es así que muchos dudamos que los mensajes hubieran sido efectivamente escritos por ella. Parecían una tomadura de pelo o que le hubiera hackeado su celular. Hasta que ella misma aceptó que si era la autora de los mensajes.

La extrema informalidad de Piña es evidente con el uso de emojis, algo insólito para ser la primera comunicación entre dos personajes que encabezan dos de los poderes de la Unión. Cuando Armenta la reta a que se lo diga en público, de manera increíble, Piña contesta con seis emojis de carcajada. Emojis que vuelve a usar más adelante cuando Armenta le dice que no se escude en su cargo.

Piña dice que habla a título personal, pero que lo sostiene en público y, entonces ¿por qué no lo hizo públicamente? Más adelante reta a Armenta a hacer pública la conversación, lo que hizo el senador.

En la tercera frase escribe algo que se puede considerar como intimidante, sobre todo de quien viene, pues, de manera extraña hace referencia a los hijos de Armenta. En realidad, la misma pregunta se le podría hacer a ella, aunque de todas formas sería irrelevante, pues lo relevante es lo que piensa el pueblo de México sobre sus acciones. ¿Piña se atrevería a ver a los ojos a la gran mayoría de los mexicanos después de su actuar en la SCJN? Lo dudo.

Armenta pone el dedo en la llaga cuando le dice que él siempre ha sido electo y le pregunta a la ministra “Ud?” y Piña, en vez de contestar este punto crucial, contesta con otros cuatro emojis de carcajada, tal como haría un niño de secundaria.

Piña señala que “la vida nos juzgará”. No, no es la “vida” quien debe juzgar a los funcionarios públicos es la ciudadanía.

Piña jamás dice qué le reclama al presidente del Senado, fue extremadamente vaga ¿“Usted puede ver a los ojos a sus hijos o hijas después de lo que dice?” sin especificar a qué se refiere, qué y cuándo lo dijo y en qué contexto, por lo que desde el inicio se trata de un diálogo kafkiano. Exquisita imprecisión para ser la presidenta de la más alta corte judicial del país.

Posteriormente, Piña emite un comunicado, el 18 de mayo. No en hoja membretada, ni de la Corte y ni siquiera personal. Confirma que ella fue la autora de los mensajes por lo que dejó muy mal parados a todos los gritones de la oposición que juraban y perjuraban que se trataba de un montaje del senador Armenta.

Aquí también aparece una redacción extraña, por decir lo menos, dice que hace una aclaración “por respeto a quienes han mostrado apoyo a mi persona”, a sus pares y a su familia (sic) cuando la aclaración debería ser dirigida al pueblo de México. Y ¿quiénes son los que le han mostrado respaldo? Tampoco lo dice, pero es fácil de intuir, se refiere a la oposición. ¿Sus pares son las y los otros ministros o sus pares son los titulares de los poderes ejecutivo y legislativo?

La ministra se dice “indignada” por expresiones “sobre la labor de quienes formamos el poder judicial”. Y ¿qué quiere? Votan en contra de la mayoría del pueblo de México y ¿quiere que se le aplauda? Muchas y muchos mexicanos estamos indignados por las posiciones asumidas por el poder judicial, por ejemplo, privilegiar a intereses extranjeros por encima de los intereses nacionales (como en el caso de la reforma del sector eléctrico nacional). Casos como este muestran que urge una reforma de nuestro viciado poder judicial.

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