Bella Ciao

Xóchitl y su entreguismo a intereses extranjeros

El pasado 8 de septiembre la muy probable candidata presidencial del PRIAN, Xóchitl Gálvez, amenazó con ‘abrir’ PEMEX y CFE a inversionistas privados.

Se trata de una película que ya vimos. Una película de la que ya conocemos el final. Una película llena de promesas incumplidas y que se estrenó a principios de la década de los 70 del siglo pasado con la llegada del neoliberalismo a nivel mundial, de la mano de los llamados ‘Chicago Boys’, política pública impulsada, principalmente, por el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan y por la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher.

En Chile esta política fue impuesta a sangre y fuego con el golpe de estado de 1973 en contra del presidente Salvador Allende, que había ganado las elecciones presidenciales de manera legal, democrática y legítima, en 1970.

En México comenzaron a aplicar el neoliberalismo con la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia de la República, se profundizó en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, impuesto en la Presidencia de la República con un fraude electoral, en 1988 y se mantuvo en los sexenios siguientes, hasta el de Enrique Peña Nieto.

La esencia del neoliberalismo fue la privatización extrema de bienes públicas. Se privatizaron Bancos, Teléfonos de México, ferrocarriles, aerolíneas y aeropuertos, fertilizantes y las industrias siderúrgica y azucarera.

Los neoliberales ‘mexicanos’ avanzaron en la privatización de nuestro sector energético, pero no pudieron concretarlo totalmente. El clímax lo alcanzaron con la reforma energética de 2013 impulsada por el PAN y por el PRI (aprobada incluso con sobornos). Sin embargo, esta política entreguista, que favoreció principalmente a empresas extranjeras, se detuvo con la llegada del gobierno de la 4T, el que, desde 2019, ha seguido una política nacionalista.

El ‘abrir’ empresas públicas a inversores privados es uno de los eufemismos que los neoliberales ‘mexicanos’ han usado durante 40 años para ocultar el término correcto de privatización.

La propuesta de Gálvez la exhibe como realmente es: de derecha, neoliberal y entreguista a intereses extranjeros.

Gálvez se quiere mostrar como ‘ciudadana’. Sin embargo, tiene ya 20 años trabajando para el PAN. Su relación pública con este partido inició en 2003 al integrarse al gabinete ampliado del panista Vicente Fox. Siguió su colaboración con la derecha al ser candidata del PAN a la gubernatura de Hidalgo, en 2010 (que no ganó). Posteriormente, en 2015, se convirtió en delegada de la delegación Miguel Hidalgo, de la Ciudad de México, postulada por el PAN. Actualmente es senadora plurinominal de la fracción parlamentaria del PAN. Y, como sabemos, es la precandidata panista a la presidencia de la república.

Por lo anterior no es ninguna sorpresa que veamos a la panista Gálvez hacer toda una serie de propuestas que el PAN trató de implementar en sus 12 años en los que controló el gobierno federal y que fueron un rotundo fracaso. Pareciera que Gálvez ha vivido las últimas dos décadas en Marte, en Tombuctú o en Nueva Zelanda y que no se ha dado cuenta del rotundo fracaso de las políticas neoliberales en nuestro país.

En cuatro décadas la política de privatizaciones sólo favoreció a un grupúsculo, fomentaron la corrupción y la ineficiencia y, sobre todo, beneficiaron a grandes transnacionales extranjeras y a los intereses de otros países.

Mejor que Xóchitl sea así de transparente. Es evidente que el futuro que ofrece es simplemente regresar a lo peor del pasado reciente.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba