El último arrebato

Los trabajadores, ¿de regreso?

En las últimas semanas he advertido que la información sobre asuntos laborales comenzó de pronto a ganar las primeras planas. Los trabajadores y, particularmente, sus sindicatos, han cobrado protagonismo después de décadas de haber caído en la irrelevancia. Algunas noticias están vinculadas con el escenario post-pandemia y los efectos de la inflación global. También, desde luego, con el cuestionamiento general del modelo económico neoliberal, que sacrificó derechos sociales y debilitó al sindicalismo en el mundo.

Por ejemplo, trascendió que la empresa propietaria de la plataforma Zoom, ícono del confinamiento en el planeta y que en dos años cuadruplicó sus ingresos, redujo el salario de sus mandos y recortó el 15 por ciento de su fuerza laboral. Esto ocurre como parte de una ola de despidos en las más importantes tecnológicas, como Microsoft, Amazon, Twiter y Meta Plataform. Esta última, propietaria de la red social Facebook, prescindió a fines del año pasado de 11 mil trabajadores (13% de su base laboral) y en este último febrero anunció un nuevo recorte de personal.

De manera simultánea, la huelga como método legítimo para la defensa de los derechos laborales, también parece estar de regreso y, en el recién concluido febrero, Europa ha sido epicentro de importantes movilizaciones sindicales. En Londres, por ejemplo, medio millón de trabajadores protagonizaron la más importante huelga general en más de una década en demanda de mejoras salariales. En el caso de las enfermeras y los trabajadores de la salud, no se vivía un paro semejante desde 1948. En Francia, centrales obreras tomaron la ofensiva en febrero y, en varias jornadas nacionales de protestas, amenazaron con paralizar el país en rechazo a un plan gubernamental de reforma en las pensiones. En Portugal se vive una ola de descontento que culminó con la toma de las calles debido al alza del costo de la vida. Bélgica ha vivido en las últimas semanas movilizaciones de personal relacionado con la salud de los ancianos, en tanto que España y Alemania también registraron brotes de inconformidad social.

En momentos en que la ultraderecha se atrinchera en el mundo, ha tomado forma una nueva ola progresista en América Latina, impulsada por bases sociales lastimadas por el neoliberalismo. Ojalá estemos presenciando el retorno de los trabajadores a la escena pública y se venga un nuevo impulso de fortaleza sindicalista. Desde 2014, algunas voces comenzaron alertar que “emergerá una nueva forma de organización sindical” como derivación de las mutaciones de los poderes empresariales. Las nuevas formas del sindicalismo tendrían que incluir, además de la resistencia y los reclamos reivindicativos, una visión que no se limite al propio espacio laboral. Bien señalan los especialistas que el empleo ya no es mecanismo de integración, sino que es sinónimo de precariedad, de ahí que la lucha que viene desbordará el centro laboral para defender el derecho a una vida digna. Lo desbordará o será apenas una pasajera ilusión.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba