Mi reciente experiencia con la Inteligencia Artificial

Dentro del imaginario colectivo apocalíptico, una de las amenazas contra la humanidad es la rebelión de las máquinas de las cuales Terminator y Matrix son las distopías más conocidas.
Con eso en mente, durante los últimos meses he estado probando diferentes versiones de la inteligencia artificial, desde la versión previa en noviembre hasta la versión definitiva de ChatGPT del 30 de enero. A pesar de que hay muchas advertencias sobre cómo la inteligencia artificial puede terminar con muchas profesiones, mi experiencia con ella ha sido muy distinta.
En lugar de ver la inteligencia artificial como una amenaza para el trabajo y el pensamiento humano, podemos verla como un auxiliar. Al principio, mis pruebas consistieron en hacer preguntas simples al chat para conocer su alcance y su nivel de «inteligencia». Al ser un programa automatizado, respondió a preguntas de manera ya configurada y muchas veces cayó en contradicciones dependiendo del orden en que se le hiciera la pregunta.


A pesar de esto, he encontrado que la inteligencia artificial es muy útil para realizar trabajos burocráticos que de otra manera serían tediosos y laboriosos. Con solo dictarle los parámetros funcionales, la inteligencia artificial puede realizarlos de manera eficiente.
También he probado su capacidad para escribir, pero debo confesar que aún falta mucho por desarrollarse. La inteligencia artificial escribe de manera mecánica, sin tener un estilo que parezca humano. Es evidente que es una máquina la que escribe y no tiene el talento, la inteligencia y la creatividad de un ser humano.
Sin embargo, a pesar de estos retos, la inteligencia artificial está siendo utilizada en diferentes ámbitos, incluyendo el periodismo. Ya hace años que se utiliza para realizar notas básicas sobre eventos como temblores o resultados deportivos. Pero aún hay muchos desafíos por enfrentar, como el desarrollo de su lenguaje para poder realizar crónicas o reportajes.
Además, otro de los mayores retos a los que nos enfrentamos con la inteligencia artificial es en la educación. Según reportó el New York Times hace un par de semanas, muchos estudiantes universitarios están utilizando esta herramienta para hacer sus tareas, lo que ha llevado a algunos docentes a no recibir tareas en formato digital sino a mano o en la antigua máquina de escribir; otros, han optado por trabajar con el mismo Chatbot en el aula para fomentar el pensamiento crítico. El debate está abierto.
En resumen, los retos a los que nos enfrenta la inteligencia artificial no son tanto la extinción de ciertas profesiones, sino más bien saber cómo entender y utilizar de manera correcta esta herramienta. La invención de la calculadora no eliminó carreras como la ingeniería o la contabilidad y de la misma manera, la inteligencia artificial no va a sustituir totalmente la inteligencia y el trabajo humano. Así que no nos preocupemos, ni Skynet ni los robots se rebelarán… por lo pronto.