Diferencias de lo nuestro, bajo el mismo cielo
Por: Darinka Otero Favila
“Todo intérprete mira el mundo desde una propia, irreductible perspectiva; cada rostro es una máscara, detrás de la cual se esconde otra.” (Maurizio Ferraris)
Entendiendo que el ser humano lejos de pertenecer a un lugar y descripción determinada y fija, construye y es parte de una dinámica que cambia y se modifica constantemente, me parece de suma importancia comenzar a plantearnos la actitud, posición y rol que jugamos como psicólogos, lo cual nos ofrece la oportunidad y exige el compromiso de hacer propio el conocimiento de las diferencias que sin duda existen en cada individuo o grupo.
Es decir, el ejercicio de la intervención, que lleva consigo una interpretación, implica aceptar y entender que si bien hay aspectos que nos unen como sujetos, las acciones y desarrollo de cada individuo estarán siempre mediadas por la cultura, en una indisoluble interacción entre el sujeto y el contexto en el que se encuentre, lo cual nos dará la pauta de la posición en la cual como psicólogos nos situaremos para poder abordar y cuestionar cualquier diagnóstico e intervención que se nos presente.
En vista de que somos sostén de alguien más, considero importante resaltar la responsabilidad que tenemos desde el momento en el que decidamos transitar por esta formación; la empatía resulta ser un aspecto importante en el ejercicio de la profesión, pues si no somos capaces de ponernos o darle un lugar al otro, difícilmente podremos hacer eco y reflejo de las necesidades y demandas de nuestros pacientes.
Sin embargo, cabe mencionar que la dificultad regresa en el plano de la intervención psicólogo-paciente, en los momentos en que debemos de ser capaces de ponernos en el lugar del otro, pero sin permitir que la misma empatía altere la apreciación objetiva y neutral de los hechos, es decir, es indispensable no involucrar nuestras propias demandas y faltas emocionales con respecto a las del paciente; así sólo perjudicaríamos nuestro rol o tambalearía la intervención como psicólogos y el tratamiento de quienes acuden a nosotros.
Tomando en cuenta a la subjetividad como nuestro principal material de trabajo y resaltando lo complejo que resulta una interminable búsqueda de significados, considero crucial no quedarnos en el plano de la interpretación, sino aprovechar la oportunidad de actuar y transformar a través del acercamiento que nos podemos permitir tener hacia el que considero el ser más complejo, diverso y fascinante, hasta ahora existente, el ser humano.
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