El fénix azul
Por: Omar Árcega ( twitter.com/Luz_Azul)
Para muchos sólo era un chico con suerte que le había caído bien al hombre que fue un protagonista de la política queretana durante 15 años.
Para otros un oportunista que estuvo en el momento correcto en el instante preciso, sólo los más cercanos apreciaron desde el principio el instinto natural para ser político.
Nos referimos a la ahora estrella del panismo: Ricardo Anaya.
El ascenso
Egresado de esta Universidad, creció políticamente bajo la sombra del ex gobernador Francisco Garrido, de quien fue el director Municipal del Instituto de la Juventud cuando este era presidente municipal.
Fue candidato a diputado por una circunscripción de la Sierra, en esas lides se vinculó a Miguel Torres (ex presidente municipal de Jalpan) y otros cuadros del panismo.
Cuando terminó el trienio 1997-2000, fue el brazo derecho en la construcción de la candidatura de Francisco Garrido al Gobierno del Estado.
Una vez obtenido el triunfo funge como secretario particular del entonces hombre más poderoso del estado.
Su carrera no ha estado exenta de reveses, el más fuerte ha sido quizás en 2009 cuando se desempeñaba como coordinador de las campañas panistas, y cuando tenía injerencia directa en la campaña para gobernador. El PAN la perdió.
Entonces se le señaló como uno de los principales artífices de la derrota, por la arrogancia con la que se condujo, creyendo se tenía asegurado el triunfo. Tras la derrota es elegido presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, elección que no tuvo mérito pues él posicionó a los consejeros estatales que le votaron.
Por ese entonces muchos lo consideraban un agonizante político, pues ya no contaba con el respaldo del gobernador y un sector del panismo lo señalaba como uno de los causantes de la derrota electoral. Hablaban de que “El Cerillo” se había apagado.
Se vinculó al calderonismo, al grado de apostar por el candidato “oficial” para dirigir al PAN a nivel nacional y perdió.
Logró un puesto en la Secretaría del Turismo. En esas lides se da el cambio de la Presidencia de la República.
Una vez que es diputado federal, rompe con sus antiguos aliados y se vincula a la esfera de Gustavo Madero, desde allí da el salto a la posición que lo tiene al escrutinio de una nación: presidente de la Cámara de Diputados.
La suerte se construye
Ricardo Anaya está demostrando que si es un hombre con suerte, pero esa suerte que se construye paso a paso, le gusta la política y tiene el cerebro necesario para entender las reglas, saber el momento y la capacidad para ubicarse en la posición correcta.
Ha mostrado habilidad para tejer acuerdos, para balancearse entre las múltiples cuerdas flojas de la política partidista.
No vive a la sombre de nadie, tiene su propio impulso y fuerza. Ha construido un grupo al interior del estado, sin descuidar las redes nacionales, ahora su mayor reto será presidir la Cámara de Diputados en unos meses cruciales para ver el rumbo que tomará el país en los próximos 20 años.
Pertenece a la generación que guiará el andar panista en Querétaro en los próximos 15 años: los treintañeros de hoy.
José Báez, Beatriz Marmolejo, Memo Vega, Luis Bernardo Nava, Toño Rangel, son algunos de los representantes más visibles de este grupo generacional.
Su éxito consistirá en generar sus propias fuentes de poder, desligarse sin rupturas de los grupos políticos que ahora tienen divido al PAN. A ellos les tocó saborear las miles del poder y la hiel de la derrota, por lo cual han desarrollado el instinto de no perder piso.
Es una generación que no debe distraerse en luchas internas y sobre todo debe recordar que el PAN tiene una vocación ciudadana.
A Ricardo, su nuevo cargo lo posiciona para, si él desea, ser el próximo candidato panista a la gubernatura, pero dentro del panismo queretano aún hay sectores que no le darán su apoyo.
La Secretaría Particular fue su gran oportunidad para obtener favores políticos e incondicionales, pero en el camino también dejó lastimados a muchos.
Es verdad, la animadversión que en algún momento generó ahora va a la baja. De cualquier forma es muy pronto para decir quién disputará la gubernatura al PRI en el 2015, pues en tiempos preelectorales, hay multitud de acontecimientos que pueden ocurrir en pocos días.
Lo que debemos apuntar es que hasta el momento ha dado pruebas de ser el fénix azul, se ha mostrado el estratega político por el que aposto Francisco Garrido, el negociador que conjuntaba voluntades para su antiguo jefe.
Más allá de las ambiciones personales y posiciones que se alcancen, la generación de los treintañeros azueles tiene la grave responsabilidad de encarrilar a un partido que por momentos se extravió entre los embelesos del poder.
Debe retomar el rumbo perdido, para ello debe ser bisagra entre los distintos liderazgos y fuerzas, ese es el verdadero reto.