«Empresarios”, represión y calidad de la educación
Por: Ángel Balderas Puga / anbapu05@yahoo.com.mx
PARA DESTACAR: ¿Para cuándo la Universidad Panamericana hará una investigación seria sobre el plagio de Peña Nieto? Y ¿para cuándo le retirará su título de abogado? Y más importante, Peña Nieto, al igual que los ministros alemanes acusados de plagio debería renunciar a su cargo.
“Empresarios” que no emprenden
En días pasados, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) salió también a quejarse de la resistencia magisterial en contra de la reforma que pretende robarles su estabilidad laboral al cambiarles su plaza permanente por una temporal. De forma velada, esos “empresarios” piden la represión en contra del movimiento magisterial.
Entrecomillo la palabra “empresarios” pues al igual que los banqueros, como mostramos en nuestra entrega de la semana pasada, muchos de ellos no son verdaderos empresarios, emprendedores o industriales sino simples empleados (aunque tengan cargos de gerentes) de empresas trasnacionales.
Por ejemplo, muchos de esos “empresarios” no podrían vender “sus” empresas ni tomar grandes decisiones por la simple razón de que no son dueños de ellas. Pongamos como ejemplo el caso de Claudio X. González, padre del “empresario” del mismo nombre y cara visible de “Mexicanos primero”, quien es presidente del consejo de administración de Kimberly Clark de México, es decir de la transnacional norteamericana Kimberly Clark y como este caso hay muchos.
Estos “empresarios” no invierten en ciencia y tecnología, la inmensa mayoría de ellos no han aportado nada al país en este rubro. En efecto, de acuerdo a los principales indicadores de ciencia y tecnología de la OCDE (de 2010), indicadores que tanto les gustan a los neoliberales (excepto los que no les convienen), los “empresarios” mexicanos son los que menos invierten en ciencia y tecnología, de todos los países de la OCDE.
Mientras que el promedio de la OCDE, en ese año, es de casi el 0.6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), los “empresarios” mexicanos invierten tres veces menos, apenas un triste 0.2 por ciento. Cantidad que resalta con países donde sus empresarios invierten arriba del 1 por ciento como Finlandia o Dinamarca o arriba del 0.8 por ciento como Alemania, Suecia y Corea.
Estos “empresarios” deberían hacerse una autoevaluación antes de querer evaluar a los demás, pues no tienen calidad moral para hacer esto último.
“Empresarios” y calidad de la educación
Ahora resulta que nuestros “empresarios” están muy interesados en la calidad de la educación pública. Resulta extraño que esos “empresarios” no cuestionen para nada la pésima educación privada en este país, donde suceden cosas verdaderamente kafkianas.
La periodista Carmen Aristegui dio a conocer, con pruebas contundentes, que casi una tercera parte de la tesis de licenciatura de Peña Nieto corresponde a un plagio. Algo suficiente como para que se le quitara el título de abogado que le otorgó la Universidad Panamericana, que es privada.
En 2013 la ministra de Educación y Ciencia de Alemania fue obligada a dimitir luego que se comprobó que había cometido plagio en su tesis doctoral, además de que la Universidad de Dusseldorf le quitó su título. Ya antes, en 2011, otro ministro, el de Defensa, había sido obligado a renunciar por el mismo motivo.
No se vaya a pensar que todos los políticos alemanes son plagiadores. Aquí lo importante es que allá, incluso a los ministros se les retiran sus títulos de estudio, cuando se demuestra que plagiaron textos en sus tesis y, por una cuestión elemental de ética, se les obliga a renunciar a sus cargos.
¿Para cuándo la Universidad Panamericana hará una investigación seria sobre el plagio de Peña Nieto? Y ¿para cuándo le retirará su título de abogado? Y más importante, Peña Nieto, al igual que los ministros alemanes debería renunciar a su cargo.
El “sargento” Aurelio Nuño, secretario de Educación Pública, tan duro con los maestros que no quieren sujetarse a su examen punitivo, es extremadamente laxo con el plagio de Peña Nieto y se atrevió a decir, en una entrevista que le hizo Carlos Loret de Mola, que el plagio ¡“no es importante”!
Señaló que “algo vi anoche” y con eso niega el plagio. Probablemente no entendió las contundentes pruebas que presentaron Aristegui y su equipo ya dijo que “le parece que no lo es” (se refiere al plagio).
Adicionalmente, el vocero de la presidencia, Eduardo Sánchez Hernández, se atrevió a descalificar el plagio porque ya pasaron 25 años. Como comparación, cabe señalar que a la ministra alemana de educación le quitaron su título en 2011, 31 años después de que había plagiado textos para su tesis doctoral.
Pero de esto los “empresarios” mexicanos dizque “muy preocupados” de la calidad de la educación pública en nuestro país, no dicen ni pío.