Enemigos de la democracia
Punto y seguido
Por: Ricardo Rivón Lazcano
@rivonrl
Los autores social y políticamente comprometidos,
o sea que escriben para “darle voz al pueblo”,
ejercen la ventriloquía.
José de la Colina
PARA DESTACAR: El principal obstáculo para el triunfo de la justicia social, el combate a la desigualdad y la pobreza, no es el capitalismo (ahora neoliberal) sino la sedicente izquierda sumergida en interminables e incomprensibles polémicas.
Pocos pensadores de izquierda desde siempre e inclusive en nuestros días, han practicado la actitud relativamente sencilla del regreso a los hechos, subordinar lo pensado a lo vivido. La costumbre imperante es determinar a partir de la teoría la naturaleza de los hechos, lo que conduce generalmente a deformarlos para que coincidan con ella.
Emilio Durkheim recomendaba insistentemente, lo hemos dicho aquí, dar batalla a las preconcepciones, a los juicios a priori para evitar la contaminación del pensamiento. Es fácil ver cómo la teoría, en tanto representación del mundo, o de la realidad, se puede convertir en mirada prejuiciosa y justificación de atrocidades.
Regresar a los hechos, vencer la vieja costumbre. Veo, por ejemplo, al marxismo en su apartado de la lucha de clases, como una ramplona versión de la lucha maniquea entre el bien y el mal. Separar, polarizar la sociedad en una clase diabólica y otra emancipadora y justiciera poco tiene que ver con la gran complejidad de hechos.
Así, el principal obstáculo para el triunfo de la justicia social, el combate a la desigualdad y la pobreza, no es el capitalismo (ahora neoliberal) sino la sedicente izquierda sumergida en interminables e incomprensibles polémicas en las que cada quien es portador de la mejor versión de la verdad última. Ineficaces que, una vez en el poder, brota en ellos la pasión conservadora.
-La teoría convertida en censura, pisotear la libertad.
-Cuando cesa la libertad para expresarse libremente, en el seno de una sociedad o de una institución cualquiera, todo lo demás comienza a descomponerse.
-“Todo poder es o se vuelve de derecha, solo lo convierte en izquierda el control que se ejerce sobre aquél.” J.F. Revel.
-Inventan utopías para limpiar su cara, tienen aversión al pesimismo, hay una cobardía sutil.
-La democracia se transfigura esquemáticamente en totalitarismo: al derecho a la crítica se asume como “mi” derecho a criticar –la crítica de los otros hacia mí es superflua y malévola-, la fiscalización del poder o de la porción de poder que tiene el otro, el mío o mi porción, nunca; el pluralismo es solo retórica; la sociedad abierta “debe” cerrarse a la versión nuestra.
-La fuerza que mueve a la sociedad de nuestro tiempo, el prodigioso desarrollo del conocimiento, y de la información que lo pone al alcance de aquellos que quieren darse el trabajo de aprovecharla, no ha impedido que quienes organizan la vida de los demás y orientan la marcha de la sociedad sigan cometiendo los mismos errores y provocando las mismas catástrofes, porque sus decisiones continúan siendo dictadas por el prejuicio, la pasión o el instinto antes que por la razón, como en los tiempos que (con una buena dosis de cinismo) nos atrevemos todavía a llamar bárbaros.
-La pasión ideológica lleva, en el campo científico, a falsear la verdad con la misma carencia de escrúpulos que en el periodismo.
-Laboriosas retóricas cuyo hermetismo oculta la banalidad y el vacío.
-El ideal de la igualdad al servicio de los privilegios.
-Todas las aspiraciones y todas las fuerzas sociales reunidas originalmente bajo el vocablo de “izquierda”, embridadas al servicio del empobrecimiento y la servidumbre.
Tres de José de la Colina
-La verdadera pasión por los libros no despide un tufo libresco. (Serna sobre José de la Colina)
-Las escritoras guapas son todas geniales. Claro está que desde un punto de vista meramente objetivo. (Le llovieron críticas a Don José).
-La época romántica comenzó cuando se le puso histeria a la Historia.
(Ver, Mario Vargas Llosa sobre Jean F. Revel)