Opinión

Escolios de Nicolás Gómez Dávila

Punto y seguido

Ricardo Rivón Lazcano

Se acostumbra pregonar derechos

para poder violar deberes.(NGD)

En el blog “andaryver” de Jesús Silva Herzog-Márquez, éste comenta que en 2013 “pasó casi desapercibido entre nosotros el centenario de Nicolás Gómez Dávila.”

Debo decir que en el “nosotros” al que pertenezco, dicho centenario pasó, no casi, sino completamente desapercibido.

Me interesó saber más de Gómez Dávila porque en el blog se le otorgan altas calificaciones como aforista, es decir, escritor de aforísmos, a los que denomina escolios. Aquí una selección:

“Concientizar” es la variante púdica de adoctrinar.

Entre los artistas abunda la especie infortunada del impostor sincero.

El demonio utiliza las virtudes del científico, pero del artista no logra utilizar ni los vicios.

En lugar de seguir diciendo impropiamente que admiramos la belleza del mundo, digamos con propiedad que admiramos la belleza que peregrina por él.

La carrera de sociología le garantiza al doctorando léxico vistoso e ideas escuálidas.

El que ha entendido una noción de ciencias naturales ha entendido todo lo que se puede entender; el que ha entendido una noción de ciencias humanas ha entendido sólo lo que él puede entender.

Otras épocas quizá fueron vulgares como la nuestra, pero ninguna tuvo la fabulosa caja de resonancia, el amplificador inexorable, de la industria moderna.

Los reformadores de la sociedad actual se empeñan en decorar los camarotes de un barco que naufraga.

Dos seres inspiran hoy particular conmiseración: el político burgués que la historia pacientemente acorrala y el filósofo marxista que la historia pacientemente refuta.

La sabiduría de este siglo se reduce a observar el mundo con la mirada amarga y sucia de un adolescente depravado.

El público contemporáneo es el primero al cual se le vende fácilmente lo que ni necesita, ni le gusta.

La prensa le aporta al ciudadano moderno su embrutecimiento matutino, la radio su embrutecimiento meridiano, la televisión su embrutecimiento vespertino.

El charlatanismo de grandes cautivó al siglo XIX ; al XX lo cautivan charlatanes pequeños.

En el estado moderno las clases con intereses opuestos no son tanto la burguesía y el proletariado como la clase que paga impuestos y la clase que de ellos vive.

El ideario del hombre moderno: comprar el mayor número de objetos; hacer el mayor número de viajes; copular el mayor número de veces.

La madurez del espíritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo.

La obra poética del buen poeta comunista (Aragon, Eluard, Neruda, etc.) se divide en dos partes: la parte poética y la parte comunista.

Cada generación critica la anterior, para cometer, en circunstancias análogas, el error inverso.

El único patrimonio certero al cabo de unos años es el acopio de estupideces que la casualidad nos impidió cometer.

Si el reaccionario no despierta en el conservador, se trataba sólo de un progresista paralizado.

La democracia es el régimen político donde el ciudadano confía los intereses públicos a quienes no confiaría jamás sus intereses privados.

Para poder abusar de su libertad el hombre necesita convertirse a doctrinas deterministas. El hombre sólo se rinde a sus demonios cuando cree ceder a un decreto divino.

El determinismo es la ideología de las perversiones humanas

El determinismo histórico es ideología de doctrinas que rechazan la paternidad de sus crímenes.

La auténtica dialéctica camina con pasos de danzarina que improvisa su danza, no con monótono ritmo trimembre de sargento prusiano.

Cuando los explotadores desaparecen, los explotados se dividen en explotadores y explotados.

El egoísmo individual se cree absuelto cuando se compacta en egoísmo colectivo.

La historia no tiene leyes que permitan predecir; pero tiene contextos, que permiten explicar; y tendencias, que permiten presentir.

rivonrl@gmail.com

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