Opinión

Lluvias y Movilidad

Por: Daniel Muñoz Vega

Muchos gobernantes y funcionarios ya tienen en mente la elección de 2015. Tan alejados de la realidad, comienzan a imaginar su próximo escalón político. La administración municipal ha puesto a funcionar la maquinaria mediática para anunciar mil supuestas obras realizadas en lo que va del trienio. Publicidad oficial convertida en propaganda política.

Los ciudadanos de la era digital estamos más despiertos y somos más críticos del actuar político. A los políticos les llega el agua al cuello cuando a los ciudadanos les llega a las rodillas. Las actuales lluvias han sido las más intensas desde 2003; sin que se le llegue a comparar, esta temporada pluvial ha exhibido lo poco preparada que está la ciudad para hacerle frente a una contingencia.

El problema no es de ahora, los excesivos cambios de uso de suelo que se vinieron dando desde hace 15 años han hecho crecer la mancha urbana y han impermeabilizado la ciudad. El interés económico de los políticos y las constructoras está por encima de la realidad urbana y ecológica. La sustentabilidad es meramente un tema para el discurso político.

El presidente municipal se mueve al ritmo de sus aspiraciones políticas. Roberto Loyola tiene el reto de enfrentar la actual contingencia pluvial y la del próximo año. Mientras a los ciudadanos les llegue el agua a las rodillas, él estará contra las cuerdas. No puede presumir mil obras cuando la realidad de nuestra ciudad no refleja mejoras.

Los políticos invierten poco en drenaje porque son obras que van bajo la tierra, no se ven. Los políticos necesitan obras “monumentales” para hacer creer al ciudadano que su dinero está trabajando.

El anuncio de mil obras simplemente refleja populismo; pintar una banqueta no es una obra. Mejor hacer cinco obras trascendentales que mil que poco mejoran la calidad de vida.

Hablemos sobre movilidad. He tenido la oportunidad de usar el transporte público de nuestra ciudad en últimas fechas. Hay que decir que es funcional. Veo a los estudiantes hacer uso de su tarjeta REDQ. Esta iniciativa del gobierno estatal fue un cúmulo de buenas intenciones, de las que muy pocas se lograron. Hay que reconocer que a los estudiantes y adultos mayores les ha beneficiado, pero no es suficiente. El gobierno de Calzada terminará y su política de movilidad quedará trunca. Al estilo de la Selección Mexicana en el actual Mundial, perdió la oportunidad de oro de transformar la ciudad. En el año de gobierno que le queda, poco se podrá hacer en torno a REDQ.

El proceso electoral del año 2015 atorará muchas iniciativas. El gobierno que entre tendrá que comenzar a construir sobre lo que ya está hecho. Si comienza desde cero, no habrá tiempo suficiente para lograr resultados. El transporte público tiene que ser una prioridad. El gobierno tiene que echar a andar un sistema real de transporte; en la medida en que funcione bien, los ciudadanos comenzaremos a usarlo cada vez más; y me refiero al ciudadano que tiene coche. La clase media tiene que exigir opciones de movilidad. Existe una concepción aspiraciones de la clase media que cree que usar el transporte público es reflejo de inferioridad. Todo clasemediero aspira a tener  un buen coche, y está bien, pero la movilidad es un tema que se tiene que “desindividualizar”, tiene que ser un tema de política pública. Por eso tiene que haber un trabajo conjunto entre gobierno y sociedad para aplicar medidas y cambiar la percepción que se tiene del transporte. A Calzada se le acabó el tiempo.

El Distrito Federal es un ejemplo de que las cosas se pueden mejorar (exceptuando el patético caso de la línea 12 del Metro); en una ciudad tan grande y tan compleja, nunca serán suficientes las políticas implementadas en torno al transporte, pero es tangible lo que se ha intentado desde hace casi 10 años. El caso del metrobús sobre Avenida Insurgentes era una idea loca, populista e irrealizable que desquiciaría una de las avenidas más importantes de la Ciudad de México. Hoy esa línea va para 10 años de funcionamiento y existen cuatro líneas más. Los beneficios del metrobús en la Ciudad de México han logrado un reordenamiento vial y una mejora de la imagen urbana. En materia ecológica, el uso del metrobús reduce 110,000 toneladas las emisiones de CO2, al año, a la atmósfera.

Si bien pensar en un metro resulta incosteable, implementar medidas como el metrobús traerá beneficios en todos los sentidos. El crecimiento de Querétaro exige soluciones reales, no las soluciones parchadas de la actual administración, a la cual le queda un año de trabajo. No hay que esperar a que el futuro nos alcance. Las grandes obras de los futuros gobiernos tienen que ser enfocadas a la sustentabilidad. Los retos son el agua, la basura, la vivienda, la contaminación, el transporte. Los políticos tienen que estar a la altura de las necesidades de Querétaro; de nada nos sirven políticos a los que sólo les interese ver el siguiente puesto. Los problemas están ahí, urge que todos los enfrentemos.

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