Querétaro, sin civilidad política
Por Daniel Muñoz Vega
La actual contienda municipal de Querétaro ha sacado lo peor de nuestra clase política. Ahí vemos a los dos principales aspirantes trepados en los espectaculares, promoviendo su imagen a través de pura retórica y promesas demagógicas que nada nos dicen a los queretanos. Estamos siendo testigos de la eterna escena de la lucha del poder por el poder actuada por dos comunes personajes: Armando Rivera y Roberto Loyola. Los dos ahí están, exponiéndose a las piedras que aviente el contrario, mismas que terminan impactando hasta su misma integridad familiar.
La política tiene un alto grado de perversidad, y sino, pregúntenle a Armando Rivera y familia que han sido expuestos a un golpeteo del que no tienen mucho margen para desmarcarse. Todo lo que se dice de Armando Rivera de forma anónima bien puede ser verdad, pero no nos consta; sin embargo, cuestiono la forma como el contrincante de Rivera ha hecho esos señalamientos, de forma anónima y en otras ocasiones ocupando los periódicos locales que siempre van estar con el que maneja el presupuesto.
Ha sido muy poco digna esta contienda municipal. El dinero es el elemento sustancial de la actual campaña, el dinero es el que mueve las cubetadas con caca para ser arrojadas al contrario. Ahí están el Diario de Querétaro y el periódico Plaza de Armas empinados con quien ostenta el poder, de la misma forma como se empinaban cuando Acción Nacional nos gobernaba.
Desde hace ya varios años, Querétaro se convirtió en una gran ciudad; tal parecía que el refrán de “pueblo chico infierno grande” ya no aplicaba para el nivel de ciudad que tenemos; sin embargo los actores que buscan llegar al Centro Cívico han hecho un verdadero lavadero de esta contienda. Esta campaña ha mostrado tan bajo nivel que los actores políticos han minimizado la conciencia política que tenemos en Querétaro. Ni la campaña para buscar la gubernatura de 2009 fue de ese nivel de ataques.
La estrategia del PRI para ganar la presidencia municipal está diseñada con un alto grado de riesgo. ¿Qué pasaría si Armando Rivera la gana? ¿Qué dirían los actores perdedores después de haber atacado de tal forma a Rivera en la contienda? El PRI no está midiendo el nivel de los ataques y les podría salir el tiro por la culata. El PRI no entiende que Armando perdiendo de todas formas gana ya que de perder llegará a ser regidor y tendrán que negociar con él en el cabildo, ¿cómo llevar esa negociación después de que despotricaste de esa forma como el PRI lo ha hecho contra Rivera?
Acción Nacional también tiene su grado de responsabilidad en el bajo nivel que tiene esta campaña. No es posible que en tres años no hayan sido capaces de proyectar nuevos cuadros y hayan tenido que regresar a la figura de Rivera para buscar mantener la presidencia municipal. Rivera ha sido presa de ataques que quizá sean ciertos; la ambición por el poder llega a ser compleja ¿Qué necesidad tiene Rivera de querer volver a ser presidente municipal? ¿Qué necesidad de exponer a su familia a tanto ataque y tanta humillación? No podemos aceptar un barato discurso de que vuelve a contender por ganas de servir a la comunidad, eso no es cierto, eso es mentira. Rivera vuelve al escenario por ambición, vuelve por megalómano, quizá para buscar ser gobernador en el 2015, vuelve por poder, nada más.
Ahora bien, si cuestionamos el por qué Loyola busca contender, no encuentro un elemento que pueda dignificar su actuación en la política. La campaña de Loyola, aparte de los ataques a Rivera, está cimentada en pura retórica que nada aporta al debate de ideas para solucionar los muchos problemas que ya tiene este municipio. Esta guerra hacia Armando Rivera por parte del PRI nos habla de que su candidato no está bien posicionado, de que tiene el riesgo de perder la elección y de que la única forma de bajar al candidato del PAN es a base de esos ataques, de los cuales tal parece que Rivera no tiene mucha capacidad para desmentirlos.
Es urgente para todos que pase el 1° de julio y que dentro de lo que se pueda suscitar en el proceso, vuelva la normalidad política. Nos hemos perdido en el espacio urbano al ver cientos de caras por todos lados que buscan un puesto de elección popular. El momento histórico nos concentra más en la elección presidencial que en la elección local, pero nos damos el tiempo para analizar el contexto de la contienda municipal, me parece muy interesante analizar las formas para llegar al poder, las cuales ya vimos que han sido lamentables. Sólo nos queda procurar conciencia y tratar de elegir a los mejores hombres para que nos gobiernen, con la paradoja de que quizá no existan entre los actores postulantes.
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