Sobre el manejo de la huelga
Por: Carlos Praxedis Ramírez Olvera
H. Consejo Universitario
Presente
Estoy convencido que, además de necesario para el bien de nuestra institución, es indispensable reflexionar crítica y autocríticamente sobre las circunstancias que llevan a los universitarios a situaciones de conflicto y las formas de resolución de los mismos.
La reciente huelga del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma de Querétaro, STEUAQ, muestra situaciones no deseables para la convivencia de los universitarios, las cuales me parece necesario señalar.
Me permito hacer estos comentarios como corresponde a un ambiente de libertad, respeto y pluralidad, sabiendo que no necesariamente ustedes los compartan o que pueden considerarlos parciales, dado que no tuve el espacio institucional para realizarlos, pues en las reuniones de directores que convocó el Sr. Rector, algunos Directores de Facultad no fuimos requeridos:
1.- No se debe instigar la polarización de los sectores que componemos a la comunidad universitaria, el manejo de opinión pública respecto al descontento estudiantil sobre la huelga es algo que no debe ocurrir, se deben respetar los derechos de las partes, las cuales, en tanto pertenecen a una organización humana, nunca pueden estar contrapuestas de forma estructural.
2.- Incentivar los miedos de pérdida de apoyo, dadas las demandas de los trabajadores, de programas institucionales, tales como el de Becas, entre otros, se ubica en límite del uso político de dichos programas, lo que demerita la institucionalidad de la universidad y favorece escenarios potenciales de violencia.
3.- Las estrategias de negociación y su correspondiente elaboración de escenarios de resolución por parte de la autoridad no fueron las adecuadas, ya que se manejaron argumentos diferentes que al parecer buscaban esencialmente descalificar las peticiones de los trabajadores. El primer argumento fue que las peticiones del STEUAQ ponían en riesgo la viabilidad de la Universidad; después fue el argumento que las fiestas eran muy onerosas y los trabajadores no querían renunciar a ellas; después se manejó, insidiosamente, la cuestión del nepotismo de los trabajadores administrativos. Todo ello, además de polarizar las posiciones, pareciera que se buscaba enarbolar la existencia de una sola ética universitaria, sin reconocer los elementos de ética, legalidad y legitimidad que también representaban las peticiones y demandas de los trabajadores.
4.- No se valoró de forma significativa que, además de las demandas económicas y contractuales, los trabajadores también reclamaban un trato digno, propio del ser universitario.
5.- Mi reconocimiento a los trabajadores administrativos que cumplieron con sus guardias y no cayeron en provocaciones, a pesar de declaraciones irresponsables de descalificación de su derecho constitucional de huelga, y de que algunos jóvenes, que seguramente no son estudiantes, porque el estudiante universitario no tiene esas prácticas, se presentaron en algunas de las puertas de la Universidad para gritarles injurias e insultos, aventarles piedras y hasta monedas.
6.- Así mismo, mi reconocimiento a los alumnos, docentes, personal de la administración central y de las facultades, coordinadores y directores, que alejándose de las posiciones que buscaban incentivar el conflicto, de forma responsable contribuyeron a un mayor acercamiento de las partes, lo que permitió la resolución del conflicto.
7.- Por último, pero no al último, lo que la situación de huelga nos muestra, nos interpela, a esclarecer, es qué tipo de universidad queremos, la fundada en el miedo y el conflicto, o una universidad fundada en la colaboración y en objetivos comunes que a todos nos benefician.
Respetuosamente
Carlos Praxedis Ramírez Olvera
Consejero Universitario por la Facultad de Ciencias Política y Sociales
*Carta leída en la Sesión Ordinaria del H. Consejo Universitario del jueves 27 de marzo del año en curso
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