You’re the one. Una historia de entonces
Por Marcela Ávila Eggleton
A Joaquín, por regalarme tantas pasiones; entre ellas, la del cine
De sobra sé que desde hace años, el espacio de cine lo ocupa magistralmente mi querido Juan José Lara Ovando; no es mi intención incursionar en terrenos ajenos y, menos aún, intentar comentar con conocimiento de causa sobre temas que desconozco, particularmente porque no recuerdo con claridad cuándo fue la última vez que pude ir al cine. Sin embargo, me atrevo en esta ocasión a cometer dicho sacrilegio sólo porque esta película de José Luis Garci (2000) me ha conmovido hasta las lágrimas, porque para mi padre es lo mejor del cineasta español y porque mi querido maestro, Agapito Maestre, no cejó hasta que puse las ideas en papel.
You’re the one es Garci; es pulso y meditación; es, por encima de todo, arte sobre el sentido de la vida o, más puntualmente, una cinta sobre el arte de vivir con lo que hay. Es por eso que You’re the one es una película sobre el amor –y no, de amor–, el amor como motor de la existencia; por ello, retrata todas sus facetas: vida, descubrimiento, anhelo, ansia, pérdida, reencuentro, esperanza, gozo, aceptación, renacimiento.
Es la historia del alma que renace cuando se reconoce en el alma de otro, de otros. Por ello, ese “estoy en tu alma” –sin condiciones, a pesar de todo–, es la más bella evidencia del camino recorrido. Es también una invitación a vivir con arte, con amor; la invitación del amante ausente –pero también de la madre, del amigo, del maestro, de quien quiera que asuma su capacidad de amar al otro– a vivir, con entusiasmo y alegría a pesar, incluso, de la muerte “para que el segundo acto de tu vida sea todavía mas hermoso que el primero”. Renacer es negarse a aceptar ser derrotado por la vida, porque el amor es una doble trampa que nos lleva a la gloria y al infierno. Garci logra magistralmente que el amor sea salvación.
A través de cada uno de sus personajes –el maestro, la abuela, el cura, el niño, la amiga, la madre– Garci dibuja un camino para encontrar fortaleza y sabiduría, alegría; para reconocernos –y reconciliarnos– en nuestras contradicciones, para aceptar al otro, para crecer, para vivir. En suma, para amar.
You’re the one es música, ansiedad y vida; es la expresión perfecta del Nessun dorma de Puccini. Se trata, en un primer momento, no de falta de sueño sino de falta de sueños; es música del amor perdido. Sin embargo, como bien dice Maestre, “el viaje es destino o no es”, y conforme transcurre la vida, la música se vuelve un amar hasta la locura y dejar ir, es romper un instante en mil pedazos para que se quede para siempre en la memoria, para que no se marche jamás. Por momentos, incluso pareciera que la cinta está hecha para la música.
Sin embargo, Garci hace al espectador un obsequio más, al igual que a los habitantes de Cerralbos del Sella el cine les permite ver e imaginar otros lugares, otros mundos, a nosotros, nos regala una visión distinta del mundo, nos da la posibilidad de ver e imaginar lo que, quizá, jamás veremos: el cine de Garci nos abre la puerta, como ningún otro, al alma de la mujer.
www.twitter.com//maeggleton
{loadposition FBComm}