RESISTIR SIN RESENTIR

Al abuso; al exceso de legítima defensa; a la injusticia, al ajusticiamiento; a la falta de justicia; a
todo lo que está torcido y lo jala a uno a batir demoledor. Resistencia a la existencia y persistencia
de lo absurdo inexplicable, inadmisible; al mundo al revés, al mundo bizarro de la historieta de
Superman.
Cuando el paria, el lumpen reclama una huelga-de-comer, porque las de hambre las hacen
permanentemente, sin causa ni promoción, resiste el hartazgo del colmo, el hartazgo de la
resistencia, mientras germina el resentimiento, mientras se harta de hartazgo.
Cuando te alineas con el estribillo de que somos más los buenos, para animar a ‘no-bajar-la-
guardia’ ante la adversidad y la exitosa contundencia del parasitismo de los malandros; continuar
la resistencia, aferrarse a ella.

Se oye muy valeroso, muy digno el exordio retórico y combativo: «Más vale morir de pie que vivir
de rodillas», pero ¿quién le atora cuando uno salta, en solitario, a la arena? Pelear desde el lado
perdedor, con su respectivo y consecuente consuelo excusador pues de la victoria no conocerás el
sabor, salvo por la íntima convicción de haber peleado. Sacar de la derrota la satisfacción de la
experiencia, hacer galardones de las cicatrices para no hundirse en el desánimo existencial.
Felizmente un creciente ariete tunde y abate esta abulia y postración, un canto enjundioso,
enardecido y rebelde: “Un violador en tu camino” (https://www.letras.com/dj-ariel-style/el-violador-eres-tu/), y “Marcadas”, de Lesly Cobos y Fernando Jiménez, queda dentro de esta corriente que bien
lucha desde el escenario por jalar la vida hombro a hombro, porque el silencio y la acción desde el
resentimiento más abona a la continuidad de la brutalidad.

El montaje dramático rompe la renuencia, la indolencia; imposible no interiorizar (¿asumir?) la
trama dolorosa, demoledora de “Marcadas”, que demanda e impone gran organicidad corporal ¡y
emocional!, so pena de quedar al nivel de la alharaca, alarmismo descabezado, ‘oír campanas sin
saber dónde suenan’.
Similar exigencia existe para el espectador que se imponga el seguimiento, sobre todo porque
cada intérprete —L. Cobos y F. Jiménez— no llevan un único personaje cada quien, sino en veces
son pareja, sana y no, en otras hablan consigo mismos, y en otras con sus conciencias y/o juicios,
para describir y/o denunciar contextos y convenciones estorbosas porque estratifican.
Fraktal Teatro estará con “Marcadas” en Argentina del 21 al 24 de septiembre, participando en la
segunda edición del Festival Internacional ‘Rulo Fernández’.
Inevitable no identificarse con la expresión de José Guillén, en representación de la Escuela de
Espectadores animando y conduciendo el conversatorio post-función, durante el desarrollo de la
edición catorce de la Cruzada Central por el Teatro: «Me duele México», pues bien resume la
criminalidad que tiene por víctima a la mujer y cuánto el constructo social, doméstico y público, la
anima y cobija.
