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Atención a violencia de género: una demanda constante de las universidades

De 2016 a la fecha, se han registrado 12 paros estudiantiles contra la violencia de género en instituciones de educación superior del país, incluido el más reciente de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), según la revisión hemerográfica de este semanario.

Los estados en los que se han realizado protestas mediante el cese de actividades académicas fueron Aguascalientes, Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Puebla, San Luis Potosí y Veracruz. En algunos casos hubo protestas separatistas, en las que solamente mujeres participaron.

“Con el detenimiento de actividades, aparecen todas las enormes deficiencias, contradicciones y simulaciones en las que ha incurrido una universidad” explicó Tania González Juárez, directora del Instituto Crítica y Memoria, para hacer alusión a la relevancia de los paros universitarios que buscan atención a la violencia de género.

Infografía de Katia Santoyo

González Juárez señaló que, en repetidos casos, cuando se intenta denunciar y visibilizar las violencias o prácticas que han sido normalizadas y sistemáticas dentro de las universidades, resulta ser la misma institución la que desecha las denuncias, causa hostigamientos y llega a encubrir.

Por tanto, “las nuevas generaciones se han dado cuenta que, si no se garantiza la seguridad de la comunidad y, sobre todo, de las víctimas, no hay condiciones para seguir dentro de las aulas,” por eso se actúa con una detención absoluta, afirma la directora de Crítica y Memoria.

Transformar la realidad

“Walter Benjamín diría que cada instante de peligro trae consigo una oportunidad para transformar la realidad”, añadió Tania González, y en mayor o menor medida, eso ocurrió en cada espacio universitario en que se convocó a un paro, pues se han conquistado o logrado ciertos derechos y garantías.

La también académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) externó que en todos los casos es indispensable que tanto demandas, consignas y puntos de los pliegos petitorios se conviertan en políticas institucionales dentro de las universidades, “para que así se reflejen en cambios profundos”, señala González Juárez.

En 2020, tras distintos paros feministas en las facultades de la UNAM, se logró la modificación de los artículos 95 y 99 del Estatuto General, los cuales adicionaron calificaron como “grave”, cualquier acto cometido de violencia y en especial de género, que vulnere o limite derechos humanos; y se asignó al Tribunal Universitario las facultades para investigar y proceder en los casos.

La catedrática de temas de género consideró esencial que la comunidad estudiantil insista en una respuesta profesional, feminista e integral; la cual se distinga en reformas a reglamentos y estatutos, la estructura administrativa, la revisión y actualización de planes y programas de estudio, así como en la misma formación docente.

Hombres y mujeres en la misma causa

En el país se identifica que la ejecución de movilizaciones o actividades dentro de los paros académicos, se dividen en dos. Por un lado, cuatro fueron únicamente de mujeres, mientras que en los otros siete hubo acciones conjuntas.

Facultades Unidas, nombre asignado al movimiento estudiantil de la UAQ, desde el 30 de septiembre hasta el 28 de octubre, tuvo una representación equilibrada de hombres y mujeres, tanto en el cuidado de las instalaciones como en la toma de decisiones. En un primer momento la vocería se mantuvo exclusivamente en mujeres.

Tania González visualiza en el separatismo un espacio en el que las mujeres han tratado de inventar formas de organización, que puedan ser más sororas, horizontales y comunitarias; lo cual sustituye las asambleas de representación y decisiones por mayoría, como se ha acostumbrado generalmente.

Sin embargo, la directora de Crítica y Memoria destaca que la participación de los hombres es fundamental, no necesariamente dentro de estos espacios, sino en el reconocimiento y en la responsabilidad de las propias violencias. “Porque como víctima y como agente, se puede reconocer la violencia y actuar respecto a ella”, concluyó.

Katia Santoyo

Estudiante de la licenciatura en Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Autónoma de Querétaro. En proceso de la formación conjunta socióloga en periodismo. Reportera de Tribuna diario desde enero de 2022.

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