Tolimán: 490 años una cosmología compartida

Tolimán, Qro. – Entre flores, danzas y cantos inició el festejo de las fiestas patronales de Tolimán Querétaro, que, a la vez, conmemora su fundación. Estos festejos dan pie a una de las tradiciones más grandes de la región: las fiestas en honor a San Miguel Arcángel. Fue un 29 de junio de 1532 cuando Tollimani, ahora Tolimán, se fundó.
La banda de música inunda todo el atrio con un sonido de fiesta. En ninguna festividad del pueblo, en ninguna fiesta patronal puede faltar el sonido de la tuba, los clarines, las trompetas, acompañados por los platillos y los bombos.
Huele a incienso, humo que sube, sube y lleva consigo las plegarias y oraciones de cientos de feligreses que con fe se congregan en la parroquia del Valle Sagrado donde está entronizado San Pedro Apóstol.
Está a punto de iniciar la misa, es común que las «fiestas grandes» se oficien a mediodía y esta no es la excepción. Ya todo está listo: el altar está dispuesto en el atrio en donde resaltan los colores amarillo y azul (los colores de San Pedro). Da inicio la misa con la participación del monseñor Martín, representante del obispo de Querétaro.
«Solemnidad: la solemnidad es una fiesta grande y hoy celebramos la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo» expresó durante la homilía. Y agregó: «San Pedro cumple 490 años protegiendo a la comunidad».
Por todas partes se pueden ver a mujeres y hombres portando el traje indígena otomí de gala. Las mujeres lucen sus largas faltas negras adornadas con listones azules y verdes, quexquemitl de hilos negros y rojos, faja del mismo color, camisa blanca tejida de randa. Los hombres, por su parte, visten calzón y camisa de manta con una faja negra y roja en la cintura.
Hasta el servicio de liturgia portaba hoy el traje de gala, es un grupo de mujeres provenientes de la comunidad de San Pablo, ellas mismas dicen que van a la parroquia a dar «el servicio indígena».
Es el sincretismo religioso en su máximo esplendor. Es esa mezcla de cosmovisiones y de culturas que trajeron consigo la conquista y la evangelización española. Es, en palabras de algunos autores, el mestizaje cultural. Es esa religiosidad mexicana resultado de la mezcla del catolicismo español y las prácticas indígenas. Son los cohetes, el incienso, las flores, las alabanzas, rituales, todos impregnados en las normas eclesiásticas.
En medio de estos ritos indígenas se llevó a cabo la celebración eucarística. Este grupo de mujeres en varios momentos subieron al altar a tirar pétalos de rosas rojas. En lugar de un incensario llevaron un sahumador de barro acompañado de otro platito del mismo material que fungió como naveta. Al momento de la consagración no sonó la campanita que usualmente se escucha, en su lugar, se elevaron cohetes.
Al atrio también se presentaron algunas cuadrillas de danzantes que se conforman por niños desde los 3 años en adelante. Iban vestidos de amarillo y azul. Al frente de ellos lideraban 4 niñas mayores vestidas con el traje otomí quienes llevaban consigo bastones altos llenos de flores. Bailaron la danza de la Xaha. La danza tradicional de Tolimán.
La danza de la tortuga
Xaha en la lengua materna significa tortuga y esta danza era usada en la región como parte de un rito para la deidad del agua. Ahora, como parte de la mezcla de culturas y de esta resignificación de elementos culturales, también es conocida como la danza de San Pedro, pues se baila especialmente en esta festividad.
La música que suena para la ejecución es música de violín acompañada de una quinta. Los danzantes usan sonajas, arcos adornados, pañoletas y un torito. Más tarde, también vendrá la participación de las danzas de apaches de la zona, quienes con violín y tambores también brindarán una ofrenda a su patrono. Así vive Tolimán sus 490 años de vida, con ritos vivos.