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En la Revolución y el futbol participaron obreros de El Hércules

Los obreros de El Hércules participaron en la Revolución mexicana, influyeron en la creación del artículo 123 constitucional y en organizar el primer equipo de futbol oficial de Querétaro.

Aunque la inicial mano de obra de la fábrica textil El Hércules poco o nada tenía que ver apenas con cuestiones de lucha obrera y sindical, sí representaban un cuerpo de trabajadores en condiciones hoy en día castigadas por la ley; por ejemplo, explotación infantil, jornadas de trabajo de 14 horas y pago en vales exclusivos de una tienda ‘de raya’.

A lo largo del tiempo, los trabajadores obtuvieron mejores condiciones laborales; pero, más allá de acuerdos entre empleados y empresarios, la organización obrera de El Hércules participó en la Revolución mexicana mediante los Batallones Rojos e incluso influyó en la creación del artículo 123 constitucional y en organizar el primer equipo de futbol oficial de Querétaro.

Los primeros trabajadores

Cuando El Hércules comenzó a funcionar en 1846, el primer cuerpo de trabajadores se conformó de hombres, mujeres y niños de los obrajes —pequeñas empresas que en su mayoría fabricaban productos textiles— y haciendas de Querétaro.

Los salarios que se pagaban en la fábrica textil eran inferiores a los del mismo ramo en el extranjero; sólo se les pagaba en vales exclusivos de la tienda de raya de la compañía y la jornada de trabajo era de 14 horas. Por lo anterior, en 1877 se registró el primer paro de labores, después de que los obreros tuvieron noticia de que, antes que un aumento de salario, se rebajaría en un 25 por ciento; así mismo exigieron una reducción de jornada laboral a 12 horas.

Debido al paro de labores, hubo un despido masivo de obreros y se boletinó a los más radicales. Ante esto, los periódicos de editorial a favor de los derechos laborales tacharon a la familia Rubio de explotadores y de poseedores de un régimen feudal. En 1895, 1896 y 1897 hubo más huelgas.

Río Blanco y Hércules

En la primera década del siglo XX, los conflictos laborales y obreros se agudizaron con las huelgas de Cananea y Río Blanco, que exigían mejores salarios, reducción de una jornada laboral de 12 a ocho horas y la desaparición de las tiendas ‘de raya’.

En aquellas huelgas, las fuerzas armadas, bajo el mando del presidente Porfirio Díaz, asesinaron al menos a 20 trabajadores varones, mujeres y niños; además de encarcelar a una cantidad similar. Una vez levantada la huelga de Río Blanco, Veracruz, los obreros de la fábrica Hércules levantaron la propia, para pedir una jornada laboral a 8 horas.

Ante esto, las autoridades exiliaron al dirigente, Anastasio Guerrero, y a los integrantes de la Mesa Directiva del Sindicato. En 1909 surge otra huelga exigiendo el incremento salarial. En 1910, la Mesa Directiva es destituida y se consideran infructuosas las luchas obreras hasta entonces acaecidas. El descontento del sindicato de Hércules se sumó al de otros varios sectores de la población; lo cual daría inicio a la Revolución mexicana.

Los Batallones Rojos

En 1912 se creó la organización sindical Casa del Obrero Mundial (COM); la cual pactó en 1915, con Venustiano Carranza —a través del poco después secretario de Guerra y Marina, Álvaro Obregón— la incorporación de grupos obreros a la lucha armada. En esta etapa de la Revolución, Obregón combatía a ‘Pancho’ Villa y su División del Norte; mientras que Pablo González se enfrentaba al Ejército Libertador del Sur, que dirigía Emiliano Zapata.

Los obreros se incorporaron a estos conflictos armados con la figura de los llamados Batallones Rojos. Con el triunfo del bando constitucionalista en 1915, las organizaciones obreras se vieron beneficiadas y pudieron surgir sindicatos y federaciones, como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM); sin embargo, Carranza retiró el apoyo a las organizaciones obreras en 1916, poco después de llegar a la silla presidencial.

El 123 constitucional

Los obreros de Hércules, desamparados de los beneficios de la victoria revolucionaria y aprovechando que el Congreso Constituyente sería en Querétaro, se organizaron para solicitar —en voz del trabajador Juan Rafael Jiménez— a los constituyentes que legislaran un artículo que diera garantías a los trabajadores. Los constituyentes escucharon la solicitud, reflejado en el artículo 123.

Finalmente, el 29 de agosto de 1916, se conformó el Sindicato de Textiles El Hércules, siendo el segundo a nivel nacional, sólo después del de los obreros de Río Blanco.

Primer equipo de futbol

Después de los hechos violentos, hubo un cambio de administradores y llegaron empleados de Inglaterra; entre ellos, los hermanos Henry y Thomas Byron, que dieron mejores condiciones de trabajo. Los hermanos Byron, además de la mejora laboral, impulsaron el deporte entre los obreros e iniciaron la práctica del futbol, conformando el primer equipo de futbol de Querétaro, con un uniforme de rayas blancas y azules.

En 1924 se organizó una cooperativa entre los trabajadores, para obtener mercancías para su consumo, y se fomentaron las actividades de recreación y previsión social. Entre 1940 y 1945 existieron conflictos al interior del Sindicato debido a la inconformidad de las relaciones obrero-patronales; por lo que se formó un grupo minoritario al interior.

En 1941, el grupo de obreros inconformes provocó un incendio en las oficinas del Sindicato, provocando la pérdida del archivo histórico. Después buscaron cambiar de central obrera, de la Federación de Trabajadores del estado de Querétaro (FTEQ) a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), pero sin éxito.

La fábrica funcionaba con unos 2 mil obreros en las fechas de su mayor capacidad; aunque, para 2016, con la automatización de los procesos, 48 obreros podían efectuar la misma productividad, según Mauricio Dorantes, secretario del trabajo del Sindicato El Hércules, en una entrevista realizada para Presencia Universitaria (14/06/2016).

En el pasado mes de mayo el Sindicato de Trabajadores Textiles y Similares “Hércules” y la compañía dueña de la fábrica, Maquiladora Nova Distex, pactaron el cese de funciones definitivo para el 30 de septiembre; al igual que liquidar a los 54 últimos trabajadores que aún laboraron hasta que El Hércules, como en la mitología romana, terminó sus trabajos.

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