En pandemia, falseo de datos y apertura precipitada
Luego de estar en el ojo del huracán nacional con dos escándalos, el gobierno de FDS y la Seseq salieron a desmentir los hechos; como consecuencia confusión de datos y nueva normalidad.
Durante la pandemia por COVID-19, el gobierno de Francisco Domínguez Servién fue nota nacional al menos en dos ocasiones; la primera por las fotografías de una carne asada en su rancho, así como las declaraciones del secretario de Salud, Julio César Ramírez Argüello, quien reconoció la modificación de datos de ocupación hospitalaria.
La controversia con el número de camas fue dado a conocer por Presencia Universitaria, noticiario que presentó un video en el que el secretario de Salud del estado, Julio César Ramírez Argüello, admitió haber ocultado desde mayo la verdadera disponibilidad en la entidad: “hace cuatro o cinco semanas, en el sentido de que comenzó a subir mucho (casos positivos) en la Ciudad de México y el Estado de México el número de pacientes hospitalizados, decidimos no publicar algunos números de camas, pensando en que nos iban a traer pacientes aquí al estado”.
Posteriormente aseguró que sus palabras se habían malinterpretado y que de ninguna manera la administración estatal había ocultado las cifras.
En cuanto a la carne asada —tema expuesto por Tribuna de Querétaro— el gobernador rechazó las acusaciones y defendió que comió con trabajadores de su rancho ‘La Cruz de Mayo’, al que se dedica durante los fines de semana. Tan sólo tres días después, el Ejecutivo anunció una reapertura gradual de diversos giros comerciales.
Martina Pérez Rendón reconoció que la reapertura programada para el 17 de junio en la entidad había sido pactada con empresarios que se habían comprometido a cumplir con los protocolos sanitarios. El estado se había ubicado en el semáforo epidemiológico rojo y así permaneció hasta el 26 de junio que la federación evaluó reducir el nivel de riesgo.
Desfases en información y escándalo de las camas
Las ruedas de prensa de la directora de Servicios de Salud, Martina Pérez Rendón, han sido motivo de cuestionamiento por no siempre coincidir con las cifras dadas a nivel federal. Cuando incrementaron los contagios y el número de camas disponibles se convirtió en un factor a considerar en el semáforo epidemiológico, Pérez Rendón aseguró que se había apresurado el registro de camas, y para finales de julio informó que ya se habían empatado los registros y que únicamente podrían existir diferencias por uno o dos días. Además, la funcionaria descartó que se hubieran ocultado intencionalmente los índices de ocupación hospitalaria y explicó que en la entidad desde el principio se atendió a pacientes foráneos.
A principios de agosto, cuando se reportaba un récord de contagios el primer día del mes con cerca de 122 confirmados de COVID-19 en 24 horas, Pérez Rendón desmintió que se tratara de un incremento acelerado y atribuyó el nuevo máximo nuevamente a un desfase de registros, esta vez con los casos confirmados en hospitales privados. En adelante, todos los picos de contagios del mes fueron justificados de la misma forma.