El estado de Querétaro se ubica dentro de los primeros cinco estados con mayor número de ganaderías pertenecientes a la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), la cual es la que cuenta con la reglamentación para proveer al espécimen bovino que se utiliza para los distintos espectáculos taurinos de todo el país.
A nivel nacional, el estado de Querétaro ocupa el cuarto lugar de los 24 estados que forman parte de la ANCTL. Se encuentra solo por debajo de Tlaxcala, Jalisco y Guanajuato, pues cuenta con 32 ganaderías que se distribuyen en la mitad del total de sus municipios, según la consulta en su página web.
En San Juan del Río están establecidas ocho ganaderías, es el municipio que concentra el mayor número; Tequisquiapan y Colón cuentan con cinco cada uno, Amealco tiene tres, tanto Ezequiel Montes como Huimilpan tienen dos, mientras que los municipios de El Marqués y Pedro Escobedo cuentan con una.
La primera ganadería en Querétaro que se añadió a la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia fue la de Xajay en el año de 1923, mientras que las dos últimas del estado en formar parte de la unión fueron Palma del Río y El Salitrillo, ambas en el año de 2018.
Una mirada desde la ganadería
Juan Higuera Gómez, médico veterinario zootecnista (juez de plaza en las corridas de toros queretanas y conocedor de la tauromaquia) determinó que las casas ganaderas en el estado de Querétaro son “de mucho prestigio”, pues los toros son “bien cuidados, bien alimentados […] y viven un real desarrollo”.
La ganadería de Xajay, ubicada en Tequisquiapan, fue una de las once que fundaron la Unión de Criadores de Toros de Lidia, A.C., el 16 de octubre de 1930. Luego de que pasarán 16 años, esta asociación quedaría registrada ante la Secretaría de Agricultura y Ganadería como Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, a la cual están afiliados un total de 259 lugares de cría de ganado.
De acuerdo con la historia que se encuentra en la página web de la ANCTL, se reunieron doce ganaderos mexicanos de toros bravos “para defender sus intereses y buscar soluciones a sus problemas”. Desde ese momento, Querétaro unió lazos con las demás entidades para fortalecer la actividad. De ahí que la ganadería en el estado es “muy importante”, tal y como calificó Higuera Gómez.
Condiciones para lidiar toros
En el artículo 11 del Reglamento Taurino del Municipio de Querétaro, se estipula que únicamente podrán participar en corridas de toros municipales, aquellas especies que provengan de las casas ganaderas afiliadas a la ANCTL.
Higuera Gómez detalló que, por lo regular, las casas ganaderas del estado proveen entre 30 y 40 especies por año, puesto que son alrededor de cinco corridas de toros en las que participan; indicó que estos números pueden crecer debido a la alta demanda.
Según su genética o morfología, a cada toro se le asigna un número para identificarlo en las plazas. Higuera Gómez enfatizó en que las plazas no se refieren al cupo en una corrida de toros, sino a la calidad que ofrece el espectáculo.
De acuerdo con los artículos 16 y 17 del reglamento, al cumplir los cuatro años de edad, el toro ya está dispuesto a lidiar en una corrida, y no debe pasar los seis años. Para las novilladas con picadores, necesita tener tres años. En ambos casos, el toro debe estar sano y tener su cornamenta íntegra. Cada requisito se comprueba dos días antes del espectáculo respectivo, por un grupo de veterinarios y el juez de plaza.
Entorno con áreas verdes
Parte del desarrollo de calidad que caracteriza la vida de una especie en el campo, tiene que ver con la flora que le rodea y la “labor genética” de los ganaderos.
Higuera Gómez decretó que “por cada toro bravo, hay miles de hectáreas”. Es decir, la actividad ganadera propicia las áreas verdes y su prevalencia. Lo cual es un beneficio tanto para los toros de lidia como para los seres humanos. Por otro lado, está el ganadero, un “aficionado” a su trabajo, quien, de acuerdo con las observaciones del conocedor, no se ve laborando en otro lugar y se siente motivado a continuar en la ganadería.