El SUPAUAQ en su laberinto

En mi colaboración anterior sobre el sindicalismo universitario queretano, titulada “Incertidumbres en la revisión salarial y contractual del SUPAUAQ” (Tribuna de Querétaro, 6-10 de marzo de 2023, p.24) intentaba dar cuenta de las vicisitudes que emergían del rumbo, por lo menos equívoco, que le imprimía la dirigencia del Sindicato del Personal Académico al proceso de negociación con la UAQ.
Nunca supimos, bien a bien, si el pliego petitorio de la revisión salarial y contractual fue notificado, en tiempo y forma a la UAQ. Tampoco supimos sí Gonzalo Martínez García el Abogado General de la UAQ, había sido el “malo de la película” en su postura de negar la firma del Convenio inicial de la revisión salarial y contractual. Tampoco nos enteramos, con la debida anticipación, de que se prorrogaba la fecha de estallamiento de huelga del 28 de febrero a finales de marzo de 2023. Esto ocurrió, precisamente, en la Asamblea General Extraordinaria, de carácter informativo, habiendo suspendido, como ya lo expresé en el mencionado artículo, “por razones de suprema relevancia”, según el “Comunicado Urgente” del SUPAUAQ, sin fecha, ni firma del Secretario General del SUPAUAQ, quién en todos los documentos oficiales del Comité Ejecutivo del Sindicato Académico, siempre aparece su nombre, firma y cargo.
Mientras el SUPAUAQ prorrogaba un mes la fecha del estallamiento de huelga, el STEUAQ, que injustamente fue calificado de “traidor” por algunos académicos del SUPAUAQ, por haber aceptado el ofrecimiento de rectoría, se les olvidaba la historia de los desencuentros entre ambos sindicatos, precisamente porque el SUPAUAQ, aceptaba los ofrecimientos de rectoría, sin consultar al STEUAQ, antes de las fechas establecidas para estallar la huelga. Habrá que hacer un análisis de las conductas de superioridad de los académicos con respecto de los administrativos. Celebro, también, los pactos de solidaridad entre ambos sindicatos, sobre todo entre algunas dirigencias que hermanaron, consecuentemente, a las bases de los dos sindicatos universitarios. Hoy, las cosas ya no son así.
La prórroga del estallamiento de huelga por parte del SUPAUAQ, requería que previamente a la fecha de la posible huelga, se diera un proceso de consulta entre los trabajadores “cubiertos por el CCT”, de conformidad a los nuevos lineamientos de la Ley Federal del Trabajo, misma que consideraba el conocimiento del Convenio entre la UAQ y el SUPAUAQ. Esta consulta se realizó el día 21 de marzo de 2023 y contra el espíritu de radicalidad, promovido por algunos suspirantes a la rectoría y a la nueva dirigencia del SUPAUAQ, los resultados de la Consulta, exclusivamente con la participación de los trabajadores “en activo”, arrojó lo que algunos no consideraron en su agenda. De los 620 académicos que participaron, 421 (68 por ciento) aceptaban los términos del Convenio que incluía una cláusula del 2 por ciento, no atado al salario, mientras que 199 (32 por ciento) lo rechazaban. El triunfalismo del Comité Ejecutivo festinaba el ejercicio democrático y la ruptura del tope salarial, mientras que no hablaba que la consulta, en cuanto a número de participantes, sin incluir al personal jubilado, apenas había pasado de “panzazo”, con el 50 por ciento, más uno. Casi un tercio de los consultados señalaban la falta de consecuencia con los “acuerdos” del 28 de febrero y con una primavera nada prometedora. Adicionalmente, el Comité Ejecutivo mantiene, entre sus integrantes a Fernando N, Secretario de Actas Archivo y Estadísticas, señalado como acosador sexual, a pesar de que para la UAQ y la Facultad de Psicología y Educación, está despedido y de que el SUPAUAQ hizo pública su solidaridad con el movimiento de las Facultades Unidas, donde las, les y los estudiantes pararon, durante octubre y noviembre de 2022 a la UAQ, exigiendo un alto al acoso y violencia, en consecuencia, de parte de las autoridades universitarias. Así estamos en el laberinto revuelto del SUPAUAQ.