Un fantasma recorre el mundo

Nuestros comentaristas están muy engolosinados en hablar del riesgo para la democracia que representa el autoritarismo -palabras suyas- de AMLO. Intuyo, solo eso, que les sirve para otros fines: mantener una agenda de investigación, presencia en medios o ayudar al regreso de quienes -quizá- sí les daban la importancia que dicen o creen tener. Con razón o sin ella, da lo mismo. No es una denuncia, sino un lamento.
Porque mientras se empalagan del discurso ‘best seller’ de como mueren las democracias (y por supuesto de refutarlo, quienes lo hacen), poco reparan en lo que también sucede; suponiendo que suceda lo que acusan.
La semana pasada en la Cineteca Nacional, un supuesto epicentro de la cultura y respeto a la diversidad y tolerancia en la cada vez más supuesta ciudad más progresista del país, una mujer trans fue expulsada de los baños de mujeres. No es un incidente aislado; primero, habrá que ver las respuestas en redes sociales; segundo, porque la agenda anti-derechos avanza en México y pocos lo notan.
Cuestionada al respecto, una senadora de la República, que ha construido su plataforma política abrazando el discurso de la ultraderecha, declaró con tozudez: los hombres van al baño de hombres y las mujeres al de mujeres.
Esas declaraciones forman parte de ideologías políticas que movilizan una idea contraria a uno de los pilares fundamentales de las democracias contemporáneas: la pluralidad social. Además, legitiman violencias varias, incluso asesinatos, que se cometen en contra de los grupos vulnerables, en especial la comunidad trans.
En Alemania, las autoridades acaban de disolver a una organización política conocida como ‘hammerskin’, allanaron los domicilios de sus líderes y prohibieron los conciertos que celebraban para recaudar fondos. La fiscal del caso declaró que es la ultraderecha el peor desafío para la democracia en Alemania.
Acá, apurados en ganar, da lo mismo la estridencia o si desde la izquierda se abrace o matice la agenda anti-derechos. Incluso, se impulsa a un policía como gobernante. Además, ya se registró como candidato independiente un personaje fuertemente vinculado con la ultraderecha, que seguramente moverá, aunque sea un poco, la discusión hacia ese lado.
¿Cuántos de nuestros comentaristas estarán dispuestos a matizar ese discurso para no darle continuidad al ‘autoritarismo’? Todavía peor: ¿qué tan dispuesta estará la izquierda en traicionar causas que deberían serles consustanciales con tal de no perder muchos votos?