García Luna y el sospechoso silencio panista

Después de que un jurado en Estados Unidos halló a Genaro García Luna culpable de narcotráfico, se esperaría que, si Felipe Calderón no hubiera sabido de las andanzas de su secretario de seguridad pública, durante todo su sexenio, o no hubiera sido cómplice, habría salido de inmediato, desde el mismo 21 de febrero, a señalar que García Luna traicionó su confianza personal, la confianza de su gobierno y la confianza de su partido político, el PAN.
Pero no, Calderón ha mantenido un sospechoso silencio sobre el asunto lo que confirma, en los hechos, que si sabía o que él mismo fue cómplice del criminal García Luna.
Y lo mismo se puede decir de Vicente Fox, pues García Luna fue director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) durante todo su sexenio. Pero no, Vicente Fox tampoco ha tachado a García Luna como traidor de su confianza personal, de su gobierno y de su partido.
Pero hay más personajes panistas que no han salido a acusar a García Luna de traición. Entre estos se halla Santiago Creel, secretario de gobernación de Vicente Fox durante cuatro años y medio. En cambio, Creel ha salido a declarar cosas inverosímiles, como que nunca tuvo trato estrecho con García Luna. Siendo secretario de gobernación y por lo tanto encargado de la política interna no es creíble que no haya tenido contacto estrecho con el director de la AFI.
Pero el silencio más sospechoso es el del Partido Acción Nacional, partido que entronizó, ascendió y mantuvo a García Luna en la cúpula de la seguridad pública de este país. Es verdaderamente ridículo que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, haya querido descargar su responsabilidad simplemente señalando que García Luna nunca se afilió al PAN, como si ese hubiera sido un requisito para ponerlo al frente de una secretaría tan importante.
Los panistas deberían ser los primeros en salir a tachar a García Luna como traidor pues habría traicionado a dos de sus presidentes de la república, a dos gobiernos panistas y al propio Acción Nacional. Ellos deberían ser los primeros en pedir una investigación para ver hasta dónde llegan los tentáculos de García Luna con los exsecretarios de ambos gabinetes panistas, con integrantes de los cuerpos de seguridad y con integrantes del mismo Acción Nacional. Un partido serio haría eso. En países más democráticamente desarrollados se habría hecho eso.
El estruendoso silencio de panistas, dirigentes, gobernantes, exgobernantes y representantes populares de ese partido es altamente sospechoso. Es casi, casi, una confesión de culpabilidad, de complicidad con el entorno de García Luna, el que no habría podido hacer lo que hizo, solo, sin complicidad de parte del aparato de gobierno panista durante dos sexenios.
Los panistas también se han quedado callados sobre la escandalosa e inexplicable fortuna de García Luna. Tan solo el juicio civil iniciado por el gobierno federal, en Miami, es del orden de 700 millones de dólares, es decir, 14 mil millones de pesos, una cifra que, con su puro sueldo de funcionario público, García Luna jamás habría alcanzado. ¿Qué a los panistas no les interesa conocer el origen de tal dinero? ¿No les interesa saber si, efectivamente, ese dinero proviene de sobornos del narcotráfico? ¿No les interesa saber si ese dinero proviene de la malversación de fondos públicos durante dos sexenios panistas?
El silencio panista será una pesada lápida con la que el PAN tendrá que cargar durante los próximos años.