Los panistas y su indicación de mutilar o destruir libros de texto

Los panistas ya gobernaron el país durante dos sexenios. Por cierto, de manera pésima, pues además de la corrupción y la ineficiencia por todos lados, se atrevieron a poner al narco Genaro García Luna en posiciones clave del aparato de ‘seguridad’, en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) con Vicente Fox y en la Secretaría de Seguridad Pública con Felipe Calderón.
En esos dos sexenios ellos tuvieron la prerrogativa de diseñar los libros de texto gratuitos. Sin embargo, ahora que ya no están en el poder, de una forma totalmente ilegítima, antidemocrática, ignorante e irresponsable, pretenden obstaculizar la entrega de libros de textos en los pocos estados en los que aún gobiernan, comenzando por Chihuahua, en donde por cierto gobierna una panista que estaba en la nómina del corrupto exgobernador priista, César Duarte, hoy preso.
El presidente nacional del PAN, Marko Cortés, se atrevió incluso a sugerir, públicamente, que los nuevos libros de texto fueran mutilados o destruidos. Ya por ahí, en una pequeña comunidad tzotzil, del estado de Chiapas, un grupúsculo le hizo caso y quemó un centenar de libros argumentando que son libros ‘para adultos’.
Hay que recordarle al dirigente nacional del PAN que la quema de libros, injustificada y dogmática, la hacía la inquisición, en la época medieval y que más recientemente hicieron grandes quemas de libros los nazis, cuando comenzaba su ascenso al poder en Alemania en los años 30 del siglo pasado. También los militares de la dictadura pinochetista, en Chile, se atrevieron a quemar libros. Sólo esos tipos de calaña son los que se han atrevido a la destrucción masiva de libros.
Hay que recordarle al dirigente nacional del PAN, que los nazis luego de quemar libros quemaron a millones de personas en hornos crematorios.
Llamar a destruir libros es cerrarse al debate democrático. Hasta el momento no he visto pruebas contundentes de que esos libros estén tan mal como, de manera dogmática, afirman los panistas y sus secuaces. Las acusaciones son totalmente vagas y hasta risibles, como el hecho de que esos libros contienen el fantasmal ‘virus del comunismo’ o que son libros que ‘ideologizan’ como si los panistas carecieran de ideología.
Es curioso ver a personas con una ideología totalmente derechista acusar a los libros de textos de ser ‘ideologizantes’. Esta es una de las estrategias de las derechas. Presentarse a sí mismas como ‘aideologizadas’, como ‘apartidistas’, como ‘apolíticos’ o como ‘ciudadanos’, cuando en la realidad ese tipo de personajes no existen.
Quienes usan ese tipo de argumentos en realidad les da pena decir abiertamente que son de derecha. Prefieren presentarse como la casi segura candidata presidencial del PRIAN, Xóchitl Gálvez, como alguien de derecha ‘buena ondita’ o incluso tratando de ocultar su verdadera afiliación.
Ahora resulta que Gálvez dice que no es panista porque no está afiliada al PAN. Sin embargo, estuvo en el gobierno del panista Vicente Fox como directora general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, entre 2003 y 2006. En 2010 fue candidata del PAN a la gubernatura del Estado de Hidalgo. Entre 2015 y 2018 fue delegada de la Delegación Miguel Hidalgo, de la Ciudad de México, por parte del PAN y desde 2018 es senadora panista.
Así que aquí aplica aquello de que ‘si grazna como pato, camina como pato y se comporta como pato, entonces, ¡seguramente es un pato!’.
Por cierto, la señora de las supuestas 600 gelatinas diarias no se ha manifestado en contra de la mutilación o de la destrucción de libros de texto, quizás porque en eso también está de acuerdo con su partido, el PAN.