La verdad y el honor

En 1952, José Vasconcelos legó a la UAQ su lema actual: “Educo en la verdad y en el honor”. Lo hizo con la visión de que la naciente universidad, que por entonces contaba apenas con un año y aún no gozaba de autonomía, se moldearía bajo estos dos pilares éticos, forjando futuras generaciones de queretanos.
Un experimentado Vasconcelos expresó ante los medios locales que fundar la Universidad “es muy hermoso trabajo, porque llena una de las más urgentes necesidades del país. Si queremos que el pueblo mexicano se ponga a la altura de la civilización es necesario darle cultura superior y educación técnica. La universidad es una necesidad vital para México. Y agregó que: “Estamos en la aurora de una etapa de luz”.
A pesar de ello, la fe inquebrantable de Vasconcelos en la verdad y el honor ha enfrentado numerosos desafíos a lo largo de la existencia de la Universidad, aunque siempre ha salido avante. Actualmente, la UAQ está en un punto de inflexión que determinará si realmente instruye basándose en los valores de su lema.
Hoy, atraviesa un proceso electoral, ejerciendo plenamente su autonomía, la cual le otorga el derecho de seleccionar a sus dirigentes. Desde hace veinte años, ha instaurado un método democrático de consulta donde profesores y estudiantes votan; y su decisión se refleja en el Consejo Universitario. Por desgracia, hubo tiempos en los que las decisiones se tomaban a espaldas de la comunidad universitaria. Anhelamos que tales épocas no regresen, aunque algunos parecen tener otras intenciones.
Este sistema democrático no ha estado libre de controversias, como es común en cualquier democracia, pero la Universidad ha demostrado fortaleza para superar esas crisis. En las actuales elecciones, se ha denunciado un supuesto plagio de tesis por parte de uno de los candidatos y la propia Rectora ha señalado la supuesta injerencia del gobierno estatal en el proceso electoral. Anteriormente, otra aspirante señaló el corporativismo como una barrera para la libre participación democrática de los universitarios.
En estos momentos, la Universidad está sumergida en una vorágine electoral que pone a prueba la solidez de sus instituciones y la sensatez de los universitarios. Es esencial recordar los principios de verdad y honor, buscar el entendimiento y preservar esos ideales que, hace más de cincuenta años, José Vasconcelos nos legó.
Llegará el momento de recordar la esencia de nuestra institución y trabajar juntos por un futuro lleno de verdad y honor. Una vez pasada la elección, tendrá que venir el momento de la reconciliación institucional.