¡Uy, el virus del comunismo!

Un fantasma, digo un virus recorre la educación básica: el virus del comunismo. Todas las potencias conservadoras se han unido en jauría contra ese virus-fantasma: el PAN y sus gobernadores, santos padres de familia e inmaculados jueces…
Había jurado por Marx que me mira desde el cielo del proletariado que no iba escribir sobre los nuevos libros de texto dado que no soy pedagogo ni experto en educación, pero el tema sigue en agenda dos semanas después por lo que me hace sospechar que el conflicto no es por los libros en sí, sino que sólo son la mera prolongación de una batalla ideológica entre el actual gobierno y la derecha desplazada.
Desde que el Estado posrevolucionario tomó el control de la educación con la Secretaría Educación dirigida por un idealista José Vasconcelos que repartía Ilíadas y Quijotes en los más recónditos rincones del país, ha habido una oposición de la derecha mas rancia que quiere que sólo se lea la Biblia.
La discusión no es nueva porque la educación es un aparato ideológico y en este país desde el siglo XIX el Estado se enfrentó con la Iglesia Católica en la lucha por la hegemonía; lucha que siguió en el siglo XX con la postura revolucionaria de que la educación debería ser laica, gratuita y obligatoria que provocó un enfrentamiento de baja intensidad por la educación básica.
Cuando el régimen revolucionario se radicaliza con Lázaro Cárdenas en los 30 cuando incluye en la Constitución que la educación sería socialista, lo cual radicaliza a la derecha reaccionaria y responde con ataques a los maestros rurales. Después Ávila Camacho en un afán negociador y decide dejarla simplemente en educación laica.
El fuego revivió dos décadas después con Adolfo López Mateos, que se definió de izquierda dentro de la Constitución, cuando lanzó los libros de texto gratuitos, los cuales provocaron la furia de padres de familia en algunas zonas del país, principalmente en Monterrey. Siguieron polémicas contra los libros de Echeverría e incluso contra los que hizo Ernesto Zedillo, siendo funcionario de Educación con Salinas, aunque en este caso pesó más el enfrentamiento con Elba Esther Gordillo, líder sindical magisterial, que la oposición derechista.
Actualmente, ya son varios estados que se niegan a distribuir los nuevos libros de texto del régimen de la autodenominada 4T bajo el argumento de que están contaminados por el virus del comunismo, opinión a la que se sumó el diputado queretano Felifer, aunque el gobernador queretano Mauricio Kuri matizó y dijo que no vio nada de comunista en los libros.
La prudencia de Kuri revela que en realidad el conflicto de los gobernadores y padres de familia con los libros de texto nuevos es más de orden político que pedagógico, puesto que el gobierno estatal se ha mostrado conciliador con el federal. No es la pedagogía, es la política la razón de fondo.