Las cabezas de la hidra: el poder Judicial ataca de nuevo

Ahora resulta que la democracia está en peligro y que a Chuchita la bolsearon. El caso es que a raíz de la aprobación del Plan B de la reforma electoral propuesta por AMLO y su posterior publicación en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 2 de marzo, los ánimos se desbordaron y hay una virulenta reacción de la oposición de la derecha en el país en contra de esta medida, a la que se proponen destruir a como dé lugar.
No sólo se trata de una ofensiva mediática sin precedentes en la historia política reciente de México, sino en recurrir a una vieja estrategia de la derecha golpista en Latinoamérica, que consiste en apoderarse del Poder Judicial y desatar una andanada de estrategias legaloides para pegarle al gobierno de la 4T por los cuatro costados, lo que en el lenguaje político contemporáneo se denomina lawfare. Ya lohicieron en Brasil, Argentina, Ecuador y ahora en Perú… les falta México.
La expresión se deriva del inglés law, ley y de fare, que es conflicto y que se asocia con warfare, conflicto de guerra, por lo cual, haciendo la traducción respectiva, quedaría como un “conflicto legal de guerra” que al parecer han desatado ya esas fuerzas oscuras de la ultraderecha mexicana. El factor determinante de lo anterior, lo fue, sin duda, la elección de la ministra Norma Lucía Piña como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y que sus primeras acciones hayan sido justamente en contra de los designios de López Obrador y la 4T.
Hagamos un breve recuento: la SCJN exonera a Rosario Robles, lo mismo hace con el exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, liberan las cuentas bancarias de la esposa de García Luna, poco después de haber sido declarado culpable en el juicio que se le sigue en los Estados Unidos. ¿Quieren más pruebas de que el ataque frontal en contra del poder ejecutivo va con todo? De hecho, la historia comienza con ese gesto de Norma Piña al no ponerse de pie en la ceremonia de aniversario de la Constitución en el Teatro de la República en Querétaro. Si hacemos la interpretación semiótica, se trató de la declaración de guerra simbólica del Poder Judicial al Ejecutivo y ya dimos cuenta de que va en serio.
La maquinaria del lawfare está echada a andar. No sólo por los hechos descritos líneas atrás y como el propio AMLO sentencia, “el Poder Judicial se fue construyendo para proteger a los corruptos y a las élites de los poderes económico y político (…), y, por eso, se desata una ola de resoluciones a favor de los presuntos delincuentes”. No le falta razón, de tal suerte que la jactancia de Norma Piña de que ahora sí hará valer la autonomía del Poder Judicial, se escucha más como un alarde de las ansias de revancha que la carcomen y no como una auténtica declaración plena de convicción justiciera. La venganza es un plato que se come frío, dice la vox populi.
Por otra parte, para ratificar la tendencia señalada líneas arriba, la SCJN admitió a trámite, a través del ministro Pérez Dayan, y sin restricción alguna, todos los recursos legales que han sido turnados por parte de los opositores al Plan B para que se declare inconstitucional y no se pueda poner en práctica en los comicios presidenciales de 2024, pues ya se salieron con la suya en las elecciones de Coahuila y del Estado de México. Esta es la gran batalla que emprende la oposición desde todos los flancos: echar abajo el Plan B porque, desde su débil y mentirosa argumentación, se busca destruir al INE y (como si fueran la misma cosa) a la democracia en México.
Con esta pobre y lastimera línea discursiva han llenado todos los intersticios mediáticos convencionales, los medios digitales, redes sociales y los espacios públicos de convivencia social. Repiten como tarabilla una serie de slogans vacíos y absolutamente faltos a la verdad (“#elINEnosetoca”, “#yodefiendoamiINE”, etc.) para envolverse en la bandera de la defensa de la democracia y tirarse de los más alto de su propia ignominia como fieles representantes de los sectores más reaccionarios de la sociedad mexicana.
Cabe destacar el escándalo que realizaron cuando se publica el Plan B en el Diario Oficial, por lo que, en el acto, se decreta la salida del Secretario Ejecutivo de este instituto, Jacobo Molina; de inmediato, los ayes lastimeros no se hicieron esperar: la rabia contenida de Lorenzo Córdoba, el llanto inconsolable de la legisladora Patricia Mercado (¡vaya patetismo de telenovela barata!), además de todo el desgarramiento de vestiduras mediáticas por el despido de un funcionario mediocre que vivió a la sombra del presupuesto público durante 30 años. De dar pena.
Sin embargo, todo esto obedece a una estrategia golpista muy perversa y hábilmente planeada desde los más oscuros sótanos de la derecha recalcitrante, que he denominado las 4 cabezas de la hidra y que desde la concepción del periodista y analista José Blanco, serían las siguientes:
- Medios de comunicación.
- Intelectuales orgánicos.
- Clase empresarial.
- Poder Judicial.
De ésta última, ya nos ocupamos en estas páginas y, de la mano de las otras tres, están empecinadas en destruir todo aquello que huela a 4T. La hidra está sedienta de sangre.