Muralistas mexicanos en el extranjero

Al triunfo de la Revolución, Álvaro Obregón, presidente de 1920 a 1924, se dio a la tarea de reorganizar al país. En este proceso y para encabezar la Secretaría de Educación Pública llamó al rector de la Universidad Nacional de México: José Vasconcelos. José Vasconcelos promovió la pintura mural en edificios públicos, fueron ocho los pintores que se reunieron en torno al secretario de Educación, a fines de 1921: Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas, Fernando Leal y Jean Charl.
La obra de Diego Rivera trascendió al extranjero, en 1932 fue llamado por John D. Rockefeller para pintar una obra en el vestíbulo principal del Centro Rockefeller, en Nueva York. Los bocetos del mural El hombre en el cruce de los caminos fueron aprobados, Diego Rivera decidió plasmar su ideología política y en su lienzo agregó la figura de Vladímir Lenin. Cuando Rockefeller se percató de la modificación, detuvo el acto de develación del mural programado para el primero de mayo de 1933 y llamó a Rivera para exigirle que borrara la cara del líder socialista.
Diego Rivera se negó a alterar su obra y en su lugar propuso la incorporación de personajes que formaran un contrapeso como Abraham Lincoln; pero Rockefeller no aceptó.
En febrero de 1934, el Rockefeller Center llevó cabo ‘obras de remodelación’ y la pared fue intervenida por trabajadores, destruyendo completamente el mural.
En 1940, David Alfaro Siqueiros es deslindado del asesinato de León Trotsky, pero se le pide que salga del país. Pablo Neruda lo invita a Chile a efecto de que pinte un mural en la ciudad de Chillán en la Escuela México y deja huella con el mural Muerte al invasor. En su estadía en Chile, invita al pintor mexicano Xavier Guerrero, quien en el mismo colegio pinta el mural De México a Chile, otra obra maestra; los murales son considerados Monumento Nacional de Chile.
El muralista Jorge González Camarena, entre noviembre de 1965 develó en el vestíbulo de la Casa del Arte en la Ciudad Universitaria de Concepción, Chile, su obra de 300 metros cuadrados titulado Integración de América Latina, en el 2009 el gobierno la declaró Monumento Histórico.
José Clemente Orozco radicó de 1927 a 1934 en Estados Unidos. En Nueva York pintó una serie de cuadros que muestran el carácter deshumanizado y mecanicista de la gran metrópoli, y otra con temas mexicanos de la Revolución; en el Frary Hall del Pomona College, en Claremont, Cal., pintó el mural Prometeo; en la New School for Social Research de Nueva York, varios murales sobre la fraternidad y la revolución universales, la esclavitud y el trabajo, las artes y las ciencias.
Es uno de los cinco murales que realizó el pintor en la Universidad The New School de Nueva York, en su inauguración, generaron debate y polémica debido a la aparición de Lenin y Stalin en uno de ellos.
El 9 de abril de 1948, en Bogotá, Colombia, fue asesinado el político liberal Jorge Eliécer Gaitán, lo que provocó protestas con incendios y saqueos en edificios públicos entre ellos el Palacio de Comunicaciones, donde se llevaría a cabo una exposición de arte latinoamericano, ahí estaban cuadros de Hermenegildo Bustos, José María Velasco, Joaquín Clausell, Dr. Atl, Diego Rivera, David Alfaro Sequeiros y Rufino Tamayo.
Fernando Gamboa, diplomático y museógrafo se enteró el incendio del Palacio de Comunicaciones, llegó hasta donde estaban las cajas y con la ayuda del colombiano Alfonso D. Rodríguez rescató los cuadros. Y en recompensa en 1951 el presidente Miguel Alemán, le otorgó la condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca.
Y los nostálgicos recuerdan a estos pintores que trascendieron su obra fuera de nuestro país.
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