El Congreso de Zacatecas: el primer round entre académicos y periodistas

¿Los medios de comunicación masiva ensucian, deforman y corrompen el idioma?
Un congreso de ciencia, arte o cualquier disciplina intelectual funciona como termómetro de la situación en la que se encuentra la materia de estudio, es decir nos muestra el estado de la cuestión, el estado del arte de la materia. Pero además de eso también se trata de un espectáculo para impresionar a la competencia, se convierte en un alarde del vigor de la disciplina. Por esa razón para un buen congreso se necesita luces y oropel, un presidente nacional y, si es posible, hasta unos reyes.
Para este espectáculo de la lengua española se eligió el mejor escenario, México, el país que integra al mayor número de hispanoparlantes; un país ubicado en la frontera con el núcleo más importante del poder económico y cultural del mundo: los Estados Unidos de Norteamérica. Incluso, se menciona, es tan fuerte la influencia de la comunidad latinoamericana que, se prevé, pronto los Estados Unidos de Norteamérica se convertirán en el segundo país con más hispanohablantes del mundo.
Prácticamente todos los conferencistas coincidieron en que la lengua española se mantiene fuerte en los países que la mantienen como lengua oficial, “goza de una salud insultante”, alardeaban. Para reafirmarlo mostraron que nuestra lengua posee una literatura floreciente, que las comunidades que la hablan colindan con los principales centros económicos y culturales del mundo (Estados Unidos y Europa), e incluso que el español es la lengua más utilizada, después del inglés, en los sistemas de comunicación del mundo.
Pero, a la vez, la mayoría de conferencistas manifestaban su preocupación por la gran variedad de usos del español -no todos legítimos- y especialmente por los usos que se presentan en los medios de comunicación. Esto último, resulta más preocupante porque los medios de comunicación, actualmente, se han constituido como los agentes educativos más importantes de la cultura popular. Y en este sentido se plantea otra paradoja, mientras los medios se enriquecen y expanden su influencia, los centros académicos de estudio e investigación lingüística del español se mantienen muy lejos de los principales medios de comunicación, casi sólo se proyectan a través de los libros, y carecen de los recursos necesarios para fomentar un mejor uso de nuestra lengua madre.
Otra fuerte problemática consiste en que si bien las comunidades de hispanohablantes se ubican cerca de los principales centros económicos y culturales del mundo, no constituyen parte de estos centros; es decir los países hispanohablantes son fundamentalmente pobres, lo cual implica que la mayor parte de la producción científica y tecnológica se genera en otro idioma (principalmente el inglés), e incluso que la producción cultural y artística más importante, o por lo menos la que genera más ganancias -en música. cine, teatro, etcétera- se produce en otros idiomas. Como se podrá comprender, estamos señalando que la lengua dominante del mundo es el inglés, aun cuando no es la más hablada del mundo, sim embargo por ser la más influyente, es la mejor posicionada, y seguramente es la lengua más hablada, por los bilingües de todo el mundo.
Como ya se comprenderá la influencia de una lengua, en este caso el inglés, le permite a sus hablantes el tener un mejor posicionamiento en el mercado, y con ello obtener las mayores ganancias por su supremacía lingüística y cultural. Y puesto que la supremacía del inglés es tan decisiva, el resto de lenguas no sólo deben soportar su enorme influencia, —adoptando o adaptando el cúmulo de nuevas palabras que genera ciencia, tecnología y cultura—, sino que además deben luchar por tener el honor de seguirle en orden de importancia al inglés. En esta lucha se encuentran el español, el francés y el alemán.
Secuela de esta problemática, es la discriminación que sufre el español, en diferentes regiones del mundo, tanto en España como en los Estados Unidos. Aunque también se presentan los casos contrarios, es decir, de lenguas autóctonas, sobre todo de América Latina, que son discriminadas y vejadas para que adopten el español exclusivamente. Sobre este problema en particular, se reafirmó que todas las comunidades deben gozar del derecho, universalmente reconocido, de preservar su lengua y su cultura, para lo cual todo el desarrollo educativo se debe fomentar en su propia lengua y, de forma secundaria, en otra lengua.
Desde esta perspectiva, la finalidad del Primer Congreso de la Lengua ya no era una cuestión romántica de preservar el habla española por su belleza expresiva, sino la de luchar por congregar a las principales instituciones culturales, incluidos los medios de comunicación, para afianzar el posicionamiento de nuestra lengua madre en el mercado mundial. Y en el contexto de esta batalla, a pesar del optimismo de que el español goza de una salud insultante, ya no se puede permitir que las cosas sigan como van, sino que se deben plantear proyectos para reforzar el papel de la lengua española, tales como la cooperación de los grupos académicos de la lengua con los medios de comunicación. En este sentido, se concluyó, es recomendable que los medios de comunicación más florecientes financien los estudios sobre la lengua española y que integren, en sus cuadros profesionales, especialistas en el manejo de la lengua.
Valorado políticamente más que académicamente el Primer Congreso Internacional de la Lengua Española fue todo un éxito. Académicamente se puede criticar la baja calidad de un sinnúmero de ponencias que se presentaron, se puede criticar que no se llegó a plantear resoluciones viables….
Sim embargo, políticamente se puede aclarar que en este primer encuentro se planteó abrir un espacio para el diálogo a académicos, periodistas y comunicadores; muchos de los cuales en la vida cotidiana pelean a muerte entre sí.
E incluso, dentro del mismo Congreso, muchos periodistas no dejaron de mostrar, abiertamente, su repulsión por los periodistas adversarios, muchos académicos expresaron su disgusto con los medios de comunicación que en su opinión ensucian, deforman y corrompen el español, a la vez que escritores y periodistas sugirieron que las Academias de la Lengua son anquilosadas y escleróticas… En este difícil contexto, el congreso fue una tregua de todas nuestras guerras de la comunicación, para enfrentar la batalla común del español en el mundo y como campo de paz, efímero y exquisito. fue todo un éxito.
Fue en Zacatecas del 7 al 11 de abril. Participaron 500 personas de todo el mundo, principalmente académicos y comunicadores. El objetivo: reforzar el uso del idioma en los medios de comunicación. A la ceremonia de apertura acudieron tres premios Nobel, el presidente de México y los reyes de España. En el congreso hablaron lo mismo Camilo José Cela que Chespirito y Monsiváis.