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Lupita y Tenchita: Las muñecas olvidadas del semidesierto

En un valle del semidesierto queretano, justo en la puerta a la Sierra Gorda se encuentra Tolimán, hogar de Lupita. Una mujer de cabello negro trenzado, piel morena, unas naguas color negro con amarillo, una blusita de randa, un quexquémitl, una falda de labor, fajilla, huarachitos, arracadas y un par de chapitas color rosa.

Esa es su apariencia original, aunque de vez en cuando se le ve con el cabello blanco, ya tocado por el invierno y, en otras ocasiones, —por algunas quimioterapias— su cabello se va. Lupita a veces es grande, a veces un poco más pequeña y en ocasiones se vuelve de tamaño llavero.

Originaria de Tolimán, ha viajado a algunos estados de la República mexicana como la Ciudad de México, y a lugares fuera del país como Japón, China, Los Ángeles, Texas, Minnesota y España.

Lupita es la muñeca artesanal y representativa del municipio de Tolimán, concebida por la maestra Patricia Rea Torres, quien cuenta que la idea de crear a este personaje viene desde los primeros años del siglo (entre 2003 y 2005), sin embargo, no fue hasta hace cinco años que se concretó formalmente el proyecto.

La original […] su precio oscila entre los 2 mil y 3 mil pesos. La elaboración de una de esas se hace entre cinco personas y se lleva aproximadamente un mes de trabajo […] y la sencilla, es una versión más económica que va desde los 200 pesos”.

A lo largo del tiempo se han creado diferentes estilos de muñequitas: Lupita con el traje típico otomí-chichimeca; Lupita abuelita como una forma de homenaje al adulto mayor; Lupita con causa, la cual hacen sin cabello como una forma de reflexión sobre el cáncer principalmente infantil; hace un tiempo también crearon a Lupita navideña.

Sin embargo, en últimos años se ha visto eclipsada por su “hermana” Lele, muñeca de origen otomí que se apropió el gobierno estatal desde la administración de Francisco Domínguez Servién. La otra artesanía incluso fue denominada “embajadora de Querétaro” en sus distintos viajes nacionales e internacionales.

El simbolismo

La maestra Paty, como es llamada por las demás artesanas, contó a detalle parte del simbolismo, de la gran cosmovisión de la cultura chichimeca-otomí impregnada en el traje típico usado por Lupita.

“Aquí están los montes, aquí tenemos la espiguilla —como de las hojas de mezquite—; las equis, por lo regular, son los puntos cardinales que conllevan a los lugares sagrados, como eran el cerro del Zamorano, el cerro del Frontón en dónde rendían adoración nuestra cultura otomí. Aquí, estos palitos son las milpas cuando se llenan de maíz y lo mismo acá, son nuestras capillas oratorio que están en San Miguel, en San Pablo, Maguey Manso”, externó.

De igual forma indicó que un antropólogo le comentó que el collar también tiene significado, porque cuenta con un tipo de crucitas, figura que desde antes de los españoles ya se utilizaba, pero con un significado diferente: “significaba tierra, hombre y vida. Hicimos sus aretitos de arracada, la de abanico y también la hicimos tejida”, compartió Patricia Rea.

Otro elemento de la muñeca es su quexquémitl, que es de telar de cintura con su pequeña aplicación de randa y su cintilla, también telar de cintura. Los colores reflejados en todo el traje tienen significados: “para nuestros antepasados eran muy importantes los colores y las texturas, todo lo que tenía que ver con el entorno, con la naturaleza”.

El amarillo, según explicó, representa los frutos de Tolimán, como la flor de cempasúchil, y calabaza que se hace en dulce; la biodiversidad se representa por el verde.

Para los chichimecas-otomíes era muy importante la presencia de la mujer dentro de la sociedad pues se le comparaba con la madre naturaleza. Por eso, la mujer otomí portaba colores muy bonitos, muy vivos” explicó que la muñeca tiene su blusa de popelina blanca con una aplicación de randa, pues el blanco en muchos lugares simboliza la pureza y este traje también se utilizaba en bodas.

Finalmente, habló de que los colores amarillo y negro de la falda de gala representan los rayos del sol ocultándose entre las montañas de Tolimán. “Nuestro traje es un encuentro de tres culturas: chichimeca, otomí y española”, enfatizó.

Se necesitan más manos

Actualmente Lupita se elabora en un taller ubicado en el barrio de la Loma, en Tolimán; cuenta con un par de máquinas de coser y cuatro artesanas: Timotea Flores Morales, Federica Flores Morales, Imelda García Guerrero y Patricia Rea Torres; a propósito de esto, las mujeres originarias de Tolimán afirmaron que es necesario que más manos se unan al proyecto, pues no se dan abasto.

“Simplemente, para lo que es el telar de cintura de su quexquémitl y la cintita es una semana y media de trabajo. Se tarda semana y media en hacer este bordado porque tiene mucho simbolismo para nuestra cultura otomí-chichimeca porque aquí tiene todo lo que es el entorno de Tolimán”, cuenta la creadora.

Sin embargo, declaró también que cuando se trabaja en las versiones originales de la muñeca tienen que recurrir a más personas: “van varias manos artesanas, porque para la versión original se tiene que buscar quién haga el quexquémitl, la fajilla, la enagua de labor. Nosotras hacemos las versiones económicas, pero hay gente que nos ayuda con la versión original”.

A pesar de la expansión que han tenido a varios lugares del territorio mexicano y el mundo, no cuentan con un mercado fijo para expandirse localmente. Las artesanas contaron que trabajan bajo pedidos y que, en el pueblo mágico de Bernal se han establecido en una cava donde les permiten mostrar su trabajo y también en el mercadito artesanal que se pone los domingos en el centro de Tolimán.

Tenchita, la gala otomí

En otra de las comunidades de Tolimán, en un taller ubicado en barrio El Tequesquite también vive Tenchita, muñequita de origen indígena que orgullosa porta su traje de gala. Tenchita es elaborada por el grupo de artesanas llamado Ma Bu´i, que se traduce como ‘mi origen’.  Fue concebida por Hortensia Jiménez Martínez, originaria de este municipio.

Hortensia cuenta que, si bien, su muñequita fue una de las primeras artesanías del municipio, no la considera como la primera: «En Tolimán ya estaba la muñeca Chonita —que ha participado en concursos en Amealco— y la muñeca Angelita». Dice que estas muñecas fueron elaboradas por artesanas de la comunidad que desde hace mucho tiempo trabajan la randa y el telar de cintura. Sin embargo, sólo eran una muestra que usaban para dar a conocer su trabajo de tejido, no estaban a la venta.

En 2010, Hortensia hizo una de sus primeras Tenchitas, pero sólo para uso personal y fue hasta 2016 que realizó una muñeca para un obsequio, de ahí los pedidos empezaron a llegar.

En 2018, inició con 10 personas un proyecto que metió a concurso. El proyecto no nada más era una muñeca, sino que representaba rescatar el traje de gala del municipio de Tolimán. Dice que, pese a que ellas ya sabían bordar, tejer y coser, necesitaban saber el porqué de cada cosa para poder darlo a conocer. «Lo principal de nuestro proyecto, de nuestra muñeca Tenchita no es vender —claro tener una artesanía— pero no solo ahí queda, buscamos hacer la difusión para que se preserve nuestro traje de gala

Ellas, además de elaborar la artesanía, colaboran en la información turística del municipio, pues no sólo venden a Tenchita, sino que ofrecen información sobre el traje, cómo, por qué y en qué festividades se utiliza. “Nosotras hacemos la muñeca como nos enseñó a hacer nuestra abuelita, más hogareña”.

Las muñecas Tenchitas vienen con diferentes accesorios, como de la danza de la Xaha, algunas vienen algunas con su arco, otras con su bastón de listones, otras con el bastón de canasta, otras muñecas de las malinches. Que son diferentes piezas que se bailan en la danza oriunda del municipio.

Actualmente el grupo cuenta con seis integrantes: Hortensia Jiménez Martínez, Joaquina Reséndiz Morales, María del Carmen, Alan Leonel Morales, Lorenza y Natalia Montoya.  Tenchita está en proceso de obtener sus derechos de autor el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Marián Ángeles

Estudiante de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Reportera de Tribuna de Querétaro desde 2021

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