Festival City: Cuando la música y pasión fueron interrumpidas por Tláloc

“La música cambia el ambiente del festival. Ahora parece de pinche mala muerte” es la sinopsis de cómo viví los cambios de sets dentro del Festival City 2023. La realidad es que tuve una preparación de menos de 24 horas para mentalizarme que iba a asistir. Varios de los headliners no me sonaban.
Sólo conocía a Caifanes porque con ellos crecí. No por elección, ni por gusto, ni por época; sino porque en mi casa sonaban religiosamente. En otros hogares las primeras palabras son “mamá” o “papá”, en la mía era “afuuuuuuuueeeeeeeeraaaa”.
Al llegar había un mar de personas con playeras de Caifanes. Para donde quiera que volteara había gente con la carátula de El Silencio. Caifanes, Caifanes, Caifanes. Creo que el festival no se llamó Caifanes City sólo por decencia.
El primer set que me tocó presenciar fue el del grupo Odisseo. Fue el punto de partida para adentrarme en el festival, porque fue con quienes entendí que el no conocer la discografía no era impedimento para disfrutar de las presentaciones. Al final la música habla por sí sola.
Horas antes, me di la tarea de investigar un poco sobre el resto de los artistas que se presentaban. Charles Ans atrapó mi atención porque era un número de rap, mi género musical favorito.
Sentí una sensación indescriptible el haber presenciado una canción de mi Spotify cobrar vida. Nunca antes había acudido a un concierto o presentación en vivo, por lo que desconocía la pequeña adrenalina y felicidad que sientes al percatarte que una canción existe más allá del streaming.
El resto de las presentaciones pasaron de a poco. Había gente llorando, emocionándose y bailando. Fue muy bello de ver. Pero nada se comparará al momento en el que las pantallas proyectaron el logo de Caifanes. Ahí todos los presentes explotaron.
Yo pensé, “es mi momento”, las canciones familiares cobrarán vida frente mis ojos.
Desde mi lugar podía ver la cara de felicidad y orgullo de Saúl, Alfonso y Diego al notar la fuerza y pasión con la que el público cantaba sus letras. Fue una presentación muy emotiva y llena de energía. De momentos dejaban que nos escucháramos sólo nosotros con el instrumental.
Afuera era la canción que cerraría el set; no obstante, el público rogó y rogó y rogó. Y Alfonso se tocó el corazón al decir al micrófono “¿quieren otra?”. Y así fue cómo cerraron, ahora sí, con La Célula que explota.
La tentación para quedarse en el resto de las presentaciones estaba ahí. Seguían Enjambre, Maldita Vecindad y Salón Victoria, pero las luces en el cielo advirtieron que una tormenta se avecinaba. Toda la audiencia terminó empapada.
Hasta llegar a casa nos enteramos que Protección Civil ordenó la retirada del Lienzo Charro por la incesante lluvia. En redes muchos se quejaron que Caifanes no cerraría la velada, supongo que Tlaloc escuchó el mensaje y antes de desatar su poder, permitió oír a la banda más esperada del Festival City.