Los zombies de la CONTU y su supuesta defensa de las IES públicas
Esta organización tiene unos 20 años de existencia, por lo que su actuación se da dentro de los 30 años de neoliberalismo salvaje que asolaron al país bajo la égida del PRI y del PAN.
La semana pasada proporcioné diferentes elementos que muestran que la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU) es una organización con una cúpula corrupta, por lo que se necesita ser extremadamente ingenuo o perverso para pensar que a esa cúpula le interesa defender la educación superior pública. En esta ocasión daremos otros elementos sobre esa organización charra y desprestigiada. Esta organización tiene unos 20 años de existencia, por lo que su actuación se da dentro de los 30 años de neoliberalismo salvaje que asolaron al país bajo la égida del PRI y del PAN.
En esos 30 años PRI y PAN dañaron gravemente a las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas del país, les provocaron un daño estructural que tiene hoy a una decena de universidades en una grave crisis que se acentúa a finales de cada año al no disponer de recursos para el pago de salarios, prestaciones y jubilaciones. Pero esta problemática viene de lejos, es una soberana tontería querer asociarla a un gobierno federal que aún no cumple ni siquiera un año de existencia. Pues bien, en esos 30 años, la CONTU nunca protestó ante el ataque feroz a las universidades públicas. Siempre fueron omisos. Van aquí algunos ejemplos.
En 2007 el gobierno del espurio Felipe Calderón hizo un recorte a la educación pública por 4 mil 500 millones de pesos, de los cuales 2 mil millones de pesos correspondieron a la educación superior. En el presupuesto 2008 se quitaron mil 426 millones de pesos a la educación superior.
En agosto de 2009 se recortaron 800 millones de pesos, en enero de 2010 se recortaron mil 700 millones de pesos y lo mismo pasó en los años sucesivos. 6 mil millones de pesos menos a la educación superior en 2017, de los cuales se le quitaron 2 mil millones de pesos al fortalecimiento de la calidad educativa, 2 mil 600 millones de pesos menos a la expansión en la oferta educativa y 2 mil 700 millones de pesos menos a la atención a problemas estructurales de las UPES.
Se llegó a extremos grotescos como en 2016 cuando usando como pretexto el Brexit (referéndum en donde se decidió la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea) se recortaron 6 mil 500 millones de pesos a la educación pública y otro tanto a la salud pública. En todos los casos anteriores, la CONTU se quedó callada, mientras se seguía dañando a nuestras IES. Fueron cómplices del agravamiento de las condiciones económicas de nuestras universidades.
Sin embargo, hoy, como zombies, se despiertan y nos quieren hacer creer que están por la defensa de la educación superior pública, cuando su actuación en los años anteriores nos dice exactamente lo contrario. Las reuniones de la dirigencia de la CONTU son verdaderamente prescindibles. Discursos huecos, halagos al poder público, cero discusión académica o laboral y mucho menos una discusión seria sobre los problemas estructurales de las IES.
Eso sí, grandes comilonas y consumo de alcohol para fortalecer las relaciones entre las dirigencias. Cuando fui secretario general del SUPAUAQ me bastó asistir a una sola de estas reuniones para no volver a acudir a ninguna otra. Hace 500 años, Nicoló Maquiavelo decía que para engañar a alguien se necesita del otro lado alguien que se deje engañar. Así que para que la CONTU trate de engañar a los profesores universitarios, se necesitan profesores universitarios que se dejen engañar. Así de simple y así de contundente.
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