Tomar postura

‘La vida ofrece a las personas un sinfín de posibilidades de desarrollo’ es una afirmación genérica que adquiere múltiples matices, en la medida en que se va concretando con personas específicas, con nombres y apellidos, que viven en contextos, culturas, tiempos y lugares determinados. Así, no tiene las mismas posibilidades una migrante amealcence de ocho años, que acompaña a su madre soltera, durante 10 horas diarias, en las esquinas de un crucero en Bernardo Quintana, haciendo malabares, que un pequeño de la misma edad que vive en El Campanario y recibe varias clases extraescolares: de inglés, música, natación, artes plásticas, robótica y demás, y puede viajar a otros países en vacaciones o tener encuentros virtuales con amiguitos de todo el mundo.
Puede ser que el párrafo anterior sea tachado de ‘Pero Grullo’, sin embargo, vale cobrar conciencia, de vez en cuando, de tales diferencias para reconocer que somos privilegiados (quienes, por ejemplo, podemos darnos el lujo de tener tiempo libre para escribir o leer líneas como éstas), y que ser privilegiados implica cierta responsabilidad.
La última aseveración: “… ser privilegiados implica cierta responsabilidad”, corresponde a un modo de comprensión del mundo y de la vida, que no todos comparten, ni siempre se traducirá en una práctica consecuente.
Esta introducción viene al caso, ante la experiencia de perplejidad, desconcierto, incertidumbre, que vivimos actualmente; cuando estallan aquí y allá múltiples noticias de conflictos sociales, desastres naturales, trágicos accidentes…; de niños que se suicidan o adolescentes que prenden fuego a sus compañeros, o los balacean; cuando madres y padres de familia o docentes se desquician y se evaden entregándose al alcohol o a la droga; cuando policías asesinan a macanazos a jóvenes “delincuentes” o agreden a manifestantes inconformes con ciertas decisiones gubernamentales; cuando se manifiesta de nuevo la guerra entre cárteles sin que la autoridad logre imponer el orden…
La incertidumbre crece cuando se develan las demasiadas corruptelas de quienes representan la autoridad…
Frente a estas condiciones que hoy nos toca vivir, diversas posturas son posibles:
- Encerrarse en casa, evitando mezclarse con “la chusma” lo menos posible;
- Aprovechar el río revuelto para ganar algún beneficio, lo que incluye dedicarse a la rapiña y al fraude (al cabo “todos lo hacen”);
- Aliarse con los más poderosos, que siempre ganan en tiempos de crisis;
- Migrar al extranjero o a algún lugar más seguro;
- Formar redes de colaboración y solidaridad con los compañeros, colegas, vecinos o correligionarios, no sólo para fortalecerse en la denuncia y en la exigencia, sino para diseñar, construir y hacer valer otras formas de organización social, de hacer política y economía; otras formas de educar, de recrearse y de hacer el amor:
- Erigirse cómodamente como juez, descalificando a todo aquel que haga algo o intente modificar el rumbo de las cosas.
Las posturas más comunes y las más fáciles de practicar son la primera y la última.
¿Con cuál de ellas se identifica el lector y cuál lleva a la práctica, más allá del discurso?
Sobre el tema, me tocó escuchar una estupenda conferencia La VOX del fascismo (localizable en YouTube) de Juan Carlos Monedero (exsecretario de Podemos de España), organizada por Para leer en libertad, en la que señala cómo la derecha se enardece cuando sube al gobierno algún proyecto (como el de la 4T) que promueva el bienestar de toda la población, pues sus privilegios peligran. Por eso hará todo lo posible por desprestigiarlo, a través de todos los medios, provocando caos, desacato a la autoridad, mutua desconfianza, percepción de catástrofe y sensación de impotencia.
La apuesta es generar tal desorden que amplios sectores de la población terminen por preferir la seguridad y exijan la pronta y tajante intervención de las fuerzas armadas para recuperar el orden, eliminando a “los malos”, sin importar las consecuencias, para las mayorías ni para la Naturaleza.
Por eso es fundamental reflexionar sobre qué postura es la que estamos asumiendo en los hechos frente a esta situación.