El 18 de marzo de 1938, más actual que nunca

Los neoliberales decían que el petróleo ya no era negocio y que era un gran error construir refinerías, que lo mejor era seguir importando gasolinas y diésel de Texas, al costo de 30 mil millones de dólares al año, es decir, al costo de 600 mil millones de pesos anuales, el presupuesto de tres años de la Ciudad de México o del Estado de México o el presupuesto de 15 años de la universidad más grande del país, la UNAM.
Pues resulta ser que los datos recientes contradicen tal falacia. El año pasado, las grandes petroleras duplicaron sus ganancias, con respecto a 2021. Ganancias del orden de 220 mil millones de dólares, ni más ni menos que 4.4 billones de pesos. Esta cantidad equivale ni más menos que al 53 por ciento del gasto federal del gobierno de México para este año.
ExxonMobil ganó el año pasado cerca de 56 mil millones de dólares (más de un billón de pesos), Shell ganó casi 40 mil millones de dólares (800 mil millones de pesos), Total ganó poco más de 36 mil millones de dólares y Chevron casi la misma cifra.
Sin embargo, por encima de estas trasnacionales privadas, fueron más fabulosas las ganancias de empresas estatales o con una gran mayoría de participación estatal.
Es el caso de Noruega con su empresa petrolera y gasera Equinor (controlada en un 67 por ciento por el estado noruego) la que tuvo ganancias por 140 mil millones de dólares, 2.8 billones de pesos, casi el triple de las ganancias de ExxonMobil.
También es el caso de Saudi Aramco, que tuvo ganancias por 160 mil millones de dólares (3.2 billones de pesos). En 2018 y en 2021 esta empresa estatal obtuvo ganancias del orden de los 110 mil millones de dólares y en su peor año, en 2020, el año de la pandemia y del frenado de la economía y la movilidad, “sólo” ganó 50 mil millones de dólares (un billón de pesos).
Muchos analistas señalaron que las ganancias de ExxonMobil, en 2022, fueron históricas, pues representaron ganancias del orden de 6.4 millones de dólares, cada hora de cada día, durante los 365 días del año. Ganancias fabulosas de 128 millones de pesos por hora.
¿Alguien puede creer todavía que el petróleo no es negocio?
Si las ganancias de ExxonMobil son impresionantes e históricas, no se nos debe olvidar que de ese orden de ganancias fueron las ganancias de Pemex en 2011 y en 2013 y que en 2012 sus ganancias fueron de 70 mil millones de dólares, es decir, 14 mil millones de dólares más que las ganancias de Exxon el año pasado. Las ganancias de Pemex en ese año, antes de la fatídica reforma energética impulsada por el PRIAN significaron ganancias de 8 millones de dólares por hora, es decir, 160 millones de pesos cada hora de cada día, durante 365 días al año.
Durante décadas, las ganancias de PEMEX permitieron el desarrollo nacional. De ahí provenía el 35 por ciento del gasto público del gobierno federal. Es decir, más de la tercera parte de los sueldos de todos los empleados federales provenía de esa fuente, así como la tercera parte del costo de escuelas, hospitales e infraestructura pública, entre otras cosas.
Hasta que llegaron los neoliberales para tratar de entregar esta fabulosa riqueza a empresas extranjeras, dilapidando la herencia que nos heredaron nuestros abuelos con su gesta heroica de la nacionalización del petróleo en 1938.
Aún es tiempo de defender esta herencia, de mantenerla y de que sus frutos lleguen a todos, no sólo a unos cuantos. Es justo lo que está haciendo el gobierno de la 4T con su política de recuperación de nuestra soberanía energética.
Es de suma importancia anular la privatización del agua potable en toda la República y estandarizar costos a cuotas más económicas !