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El control de la minería en México

La minería es una de las actividades más antiguas del ser humano. Surge y progresa por la necesidad de utilizar materiales que permitieran fabricar objetos y herramientas, por lo que no es de extrañar que sea una actividad de la que hay rastros desde hace millones de años. Y es una actividad que se ha mantenido hasta la actualidad en todos los continentes. Poco a poco evolucionó a una verdadera industria.

De la industria minera provienen productos como el oro, la plata, el estaño, el plomo, el cobre, el hierro, el zinc, el platino, el níquel, el carbón, etc. Productos muy conocidos por todos. Pero también se hallan los ‘nuevos’ productos clave para la transición energética, productos como el cobalto, el grafito el litio o las tierras raras.

En el caso de México, los productos más comunes son el oro, la plata, el plomo, el zinc, el cobre y el hierro.

La llegada del neoliberalismo a nuestro país significó la entrega de millones de hectáreas, en concesión, a empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras.

En el sexenio de Salinas de Gortari se concesionaron casi 9 millones de hectáreas, las que se incrementaron notablemente en el sexenio de Zedillo, cuando se concesionaron casi 35 millones de hectáreas.

Las concesiones en el sexenio de Fox también fueron notables, casi 25 millones de hectáreas, las que se incrementaron aún más en el sexenio de Calderón, el que concesionó más de 35 millones de hectáreas. Finalmente, con Peña Nieto se concesionaron otros 10 millones de hectáreas.

En el momento actual son ocho las compañías mineras que dominan el mercado, cuatro canadienses (Goldcorp, Corporation First Majestic, Panamerican Silver Corp, Agnico Eagle México) y cuatro mexicanas: Frisco, de Carlos Slim; Fresnillo PLC y Peñoles, del recientemente fallecido Alberto Bailleres; y Grupo México, de Germán Larrea. No debe ser tan malo el negocio si los últimos tres fallecidos aparecen como los hombres más ricos de México. Slim en el primer lugar, Larrea en el segundo y Bailleres en el tercero, ocupando, respectivamente los lugares 6, 83 y 123 a nivel mundial.

El problema de las concesiones a extranjeros es que eso, a la larga, puede acarrear fuertes problemas y litigios internacionales y más si esas compañías, como es el caso de la minería en México, son de países integrados al T-MEC, es decir, si son canadienses o norteamericanas.

Además, es un problema de soberanía, de dónde se toman las decisiones, si en México o en Vancouver (sede de las primeras tres compañías canadienses señaladas líneas arriba) o en Toronto (sede de Agnico Eagle). Claro, a los neoliberales lo que menos les interesa es la soberanía de México. Si por ellos fuera entregarían toda la riqueza nacional a cambio de que les tocaran unas cuantas migajas para usufructo personal.

Es un dato de hecho que las compañías extranjeras usan en México técnicas agresivas en contra del medio ambiente y que no usan en sus propios países. Aquí, los neoliberales del PRI y del PAN les abrieron las puertas concediendo tierras muy baratas o engañando a los propietarios originales de las tierras para que las compañías aumentaran sus ganancias, se les subsidia con agua y mano de obra barata.

Y se les permitió, por años, la evasión fiscal. Entre 2017 y 2021 han pagado, por año, en promedio, unos 2 mil 600 millones de pesos a pesar de que los cinco grupos empresariales que operan las minas más importantes de oro, plata y cobre en México reportaron utilidades, al cierre de 2020, superiores a los 15 mil millones de dólares, es decir, 300 mil millones de pesos. De ese tamaño es el saqueo de nuestra riqueza minera entregada por los gobiernos del PAN y del PRI.

eanbapu05@yahoo.com.mx

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