Minotauro

Diez años de tuitear

Al inicio me parecía una tertulia colectiva donde abundaban los debates con respeto, pero desde hace algunos años como que se ha perdido ese espíritu.

El 27 mayo de este año cumplí mi primera década en la red de microblog Twitter, en donde hice algunas reflexiones que hoy me gustaría comentar con mis lectores.

Hasta el momento de escribir esto, he hecho 69 mil 900 tuits y retuits, tengo 5 mil 300 seguidores y he subido 2 mil fotos a la red social del trino.

¿Cómo empecé en el hoy furibundo mundo del twitter? Pues hace 10 años abrí mi cuenta por recomendación de Marcela Ávila Eggleton, hoy directora de la FCPS-UAQ, quien me dijo que era una herramienta que como periodista podría servirme mucho.

En estos diez años aquí, he visto cómo ha cambiado la red. Pasamos de usar 140 a 280 caracteres. De los poetuits, chistuits y gomiseos a tener mas opciones como los hoy famosos hilos o los momentos, además de opciones más gráficas como los emojis. Uy, y como no sentir nostalgia cuándo twitter se caía y aparecía una ballena en la página de la red. O cómo cuando tenías cierto número de tweets por hora y si los agotabas, no podías tuitear hasta determinado plazo de tiempo. En lo personal, a mí nunca se me acabaron los tweets, pero sí tuve conocidos tuiteros quienes se acabaron sus tweets.

También ha cambiado mucho la forma en que se usa la red. En lo personal, al inicio me parecía una tertulia colectiva donde abundaban los debates con respeto, pero desde hace algunos años como que se ha perdido ese espíritu.

Desde la aparición de bots, el intento de crear tendencias artificiales y la compra de seguidores para inflar cuentas, son intentos por tratar de influir una red colectiva que privilegia el diálogo. También muchos se han escudado en el anonimato para insultar. O los que son sicarios digitales a sueldo de un gobernante y cuya función en la red es agredir a quienes cuestionan a sus patrones.

El finado periodista David Carr (+) del New York Times escribió hace 9 años que Twitter perduraría como una gran herramienta de comunicación colectiva conectada. Comparto unos fragmentos traducidos gracias al Google Translate:

Los limites expresivos de una clase narrativa desarrollada a partir de mensajes de texto, con menos espacio para desviarse o explicar que esta oración, tiene ventajas significativas.

Las mejores personas en Twitter se comunican con economía y precisión, con cada elemento: enlaces, hashtags y comentarios cargados de significado. Los conocidos profesionales a quienes encuentro insoportables en cualquier otra plataforma de repente se vuelven interesantes dentro de los límites de Twitter.

En Twitter cualquiera puede seguir a cualquiera, pero hay pocas expectativas de reciprocidad. Al curar cuidadosamente a las personas que sigues, Twitter se convierte en un flujo de datos permanente de personas realmente brillantes en sus respectivos campos, cuyos tweets suelen estar llenos de enlaces a información increíblemente vital y oportuna”.

Hasta aquí los comentarios que hizo David Carr. En fin, han sido 10 años en esta red que me ha enriquecido como persona y periodista y me ha permitido conocer a muchos nuevos amigos y, porqué no decirlo, enemigos también.

En fin, han sido diez años enriquecedores y quien sabe cuántos mas se vayan a acumular. El mundo de Twitter es cambiante y siempre está en evolución. ¿Cómo será en 10 años? ¿Existirá para 2029? Quizás, pero apuesto que no cómo lo conocemos actualmente.

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