Mexicanos en el extranjero

La migración mexicana tiene una larga historia. En 1845, con la construcción del ferrocarril, la ampliación de los ranchos en California y el incremento de la producción de frutas en las décadas entre 1850 y 1880 trajeron consigo la necesidad de importar mano de obra mexicana.
En ese período el gobierno estadounidense no aplicaba restricciones migratorias por que poseían una política de puerta abierta, transformando a Estados Unidos en un país de oportunidades para todos, y porque la economía estadounidense tenía la capacidad de absorber toda la mano de obra inmigrante que llegara al país.
A principios del siglo XX la inmigración mexicana creció notablemente por el movimiento revolucionario; huían hacendados, familias de clase media y trabajadores del campo. A partir de 1924, el gobierno estadounidense creó la patrulla fronteriza, en 1929 el número de aprehensiones de indocumentados llegó a treinta mil personas. En 1930, el censo estadounidense reportaba un millón cuatrocientos mil de habitantes de origen mexicano, de los que el 38% había nacido en Estados Unidos de padres mexicanos. La mayor parte de los mexicanos que trabajaban en el campo, en la construcción o restaurantes, sus sueldos no eran los que marcaba la ley y por lo general carecían de acceso a los servicios de salud o de educación.
La situación de muchos mexicanos que intentan ingresar a Estados Unidos no ha cambiado, siguen arriesgando su vida al tratar de ingresar.
Pero hay un buen número de mexicanos que han destacado en Estados Unidos y en el mundo en diversas actividades, entre ellos podemos citar a Carlos Santana, que inicialmente trabajó como lavaplatos en un restaurante y por casualidad suplió a un músico y ahí inició su carrera artística.
En la lejana San Petersburgo, Rusia, desde 2017, funciona un restaurante mexicano conocido como Don García, su propietario es Gerardo García, oriundo de Tampico, su menú es típicamente mexicano con sopes, nachos, tacos aderezados con salsa.
Y en la inoshópita Alaska, existe el emporio comercial mexicano Memeluck Fur Doll Company, propiedad de los hermanos Manuel, Hiram y Jorge Hernández Díaz; son unos de los peleteros más afamados.
La compañía es una cadena de 18 establecimientos en los que fabrican y comercializan muñecos de porcelana vestidos con pieles originales, sacos, abrigos, capas, estolas y otros artículos de piel, y exportan a España, Francia, Alemania y Arabia Saudita, entre otros países.
El área de negocios no es ajena a la incursión de mexicanos. En Canadá, Fabiola es la directora de la Multicultural Banking en Scotiabank, originaria del Distrito Federal, también preside el Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior en Canadá.
Otra mujer que ha destacado en Canadá es Idalia Obregón, originaria de Tampico, quien es presidenta y fundadora de Exito Trade Consulting Inc., empresa internacional de Mercadotecnia y Consultoría y presidenta de la Cámara de Comercio de Toronto.
Y en el campo deportivo no olvidar al beisbolista Fernando Valenzuela, originario de Etchohuaquila, Navojoa, Sonora; pitcher de los Dodgers, es el primero y hasta ahora el único jugador en ganar los premios Cy Young, otorgados al mejor pitcher y al novato del año en la misma temporada en la Liga Nacional.
El doce agosto de este año, la directiva del equipo de los Dodgers retiró el número 34 utilizado por Fernando Valenzuela, como reconocimiento a su trayectoria en el equipo.
Y los nostálgicos ven que hay mexicanos que triunfan en el extranjero y ponen en alto el nombre de su país.