Los periodistas del poder
Ausencia total de ética periodística de alguien que ejerce profesionalmente este oficio, y que se desgarra las vestiduras porque el gobierno estatal le da otra oportunidad a los “irresponsables” para obtener su tarjeta preferencial en el uso del transporte público.
Este oficio no es para cínicos
Riszard Kapucinsky
Resulta inadmisible que en el ejercicio periodístico del aquí y el ahora, todavía existan muestras de una execrable falta de ética en el desempeño de esta noble profesión y que, incluso, esto tenga mucho que ver con aquella polémica que desató el presidente de México, López Obrador, al señalar que hay medios y periodistas mal portados que no apoyan a la Cuarta Transformación; y así, el mundo quedó dividido en dos: en “buenos” y “malos”, tal y como lo dicta la visión maniquea de la sociedad occidental en que vivimos.
Pues resulta que aquí, en tierras queretanas, también se cuecen habas al por mayor y lamentablemente, algunos periodistas se comportan de manera ejemplar con el poder político local y son tan, pero tan bien portados, que no solamente defienden al gobierno estatal o municipal, sino que, en el colmo de la mezquindad, atacan al ciudadano y lo consideran culpable de que la situación social y política de nuestro estado esté como está.
Lo que voy a reproducir a continuación, es una auténtica perla negra japonesa del estado de putrefacción en que se encuentra ese tipo de quehacer periodístico al servicio del poder y que se pone de tapete para que las pisadas del ogro filantrópico caigan en blandito. Se trata de la alocución que hizo Edgar Pliego en su espacio informativo vespertino de Respuesta Radiofónica, RR Noticias, el pasado 19 de agosto, y que dice así:
“¡Ojo! Aquí quiero decir algo, no es culpa de Gobierno del Estado, ni de la SEDESOQ, es culpa de los ciudadanos, porque mucho tiempo aquí lo dijimos, tenemos la mala costumbre de querer todo hacerlo al último día o a última hora, creo que es reconocimiento tanto de Gobierno del Estado y de la SEDESOQ, hacer de nueva cuenta este trámite, pero hubo mucha gente que fue responsable, mucha gente que marcó al noticiero para informarse donde estaban los módulos, gente que se aventó un buen rato haciendo su trámite, gente a la que se le olvidó algún papel o documento y tuvo que regresar a su casa y luego regresar a hacer el mismo, mi reconocimiento para todas esas personas que cumplieron en tiempo y forma. No puedo más que decir gracias también a las autoridades porque están tomando en cuenta a todos aquellos que no hicieron las cosas de una manera decente y educada y perdón por esas personas responsables, que bueno que estén tomando en cuenta a esos irresponsables, porque no hay otra manera de llamarles, que bueno que les estén salvando ahí la economía, pero recuerden que no siempre habrá un papá que los ayude o papá gobierno que los apoye, son escasos los casos, que bueno que los están apoyando en Gobierno del Estado, pero a las personas que no lo hicieron en tiempo y forma, si tienen un nombre y son irresponsables”.
Tuve que transcribir la declaración completa para dar cuenta de la ausencia total de ética periodística de alguien que ejerce profesionalmente este oficio, y que se desgarra las vestiduras porque el gobierno estatal le da otra oportunidad a los “irresponsables” para obtener su tarjeta preferencial en el uso del transporte público en la capital y a quienes señala, increpa y estigmatiza, en oposición a la gente responsable que sí llevó a cabo el trámite, en tiempo y forma, a quienes hace un público reconocimiento porqué sí cumplieron a cabalidad con el susodicho trámite.
Resulta sumamente grave la afrenta que hace en contra de esos ciudadanos “irresponsables”, al convertirse en un censor y opresor de la ciudadanía y, por el contrario, hacer del periodismo un acto de sumisión vergonzosa, en donde la zalamería y el enaltecimiento banal y desmesurado de las acciones de Gobierno del Estado al dar otra oportunidad a los irresponsables, resulta indigno para cualquiera que se diga periodista.
Sin embargo, lo más grave todavía, es que no hay una sola palabra, un solo enunciado crítico en su comentario radiofónico acerca del pésimo estado en que se encuentra el transporte público en Querétaro y la peor administración que ha hecho el Gobierno del estado, a través del Instituto Queretano del Transporte, sobre este penoso asunto que, incluso, ya obligó a los estudiantes universitarios a salir a la calle a protestar por el alto costo de la tarifa y el pésimo servicio del transporte.
No necesitamos periodistas así, es indigno que las audiencias de los medios de comunicación en nuestro estado, estén a expensas de una información y una opinión plagadas de la sinrazón, la mezquindad, la falsedad y la calumnia al servicio del poder. Lo condenable es que, sabedores del daño que causan a la ciudadanía y a las grandes audiencias, persistan en la misma actitud que es contraria a la exigencia más demandantes del pueblo de México: la búsqueda de la verdad.
Ojalá y Edgar Pliego lea está páginas y se sonroje de vergüenza; ojalá, y algún día aspire a ser un auténtico periodista. Ojalá…