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La efectividad de los métodos tradicionales y los malos resultados de las metodologías innovadoras en educación

Desde hace algunas décadas, los sistemas educativos han incorporado una serie de ‘metodologías’ para la enseñanza de chicas y chicos. Dichas formas de abordar la instrucción se posicionan como alternativas ‘innovadoras’ frente a la llamada didáctica ‘tradicional’.

Así, con la implementación de nuevas formas de educar, se acompañó un discurso de odio y desprecio hacia la denominada ‘escuela tradicional’ y sus métodos, pues los consideraban arcaicos, opresivos y poco comprensivos. Sin embargo, al introducir las llamadas ‘metodologías innovadoras’, nunca se presentaron datos o evidencia que dieran cuenta de su efectividad; en todo caso, sólo se habló de ellas como formas de orientación didáctica para modernizar nuestra visión de la educación y, que, al ponerlas en práctica, los estudiantes tendrían mejores resultados, pues tomaban en cuenta sus necesidades y condiciones naturales de aprendizaje.

Sin embargo, los frutos no fueron los esperados y la balanza se inclinó a favor de los denominados ‘métodos tradicionales’; veamos algunas notas que proporciona Gregorio Luri en su texto La escuela no es un parque de atracciones:

“En el segundo volumen de PISA 2015, los analistas hacen esta pregunta: ¿qué métodos son eficaces en la enseñanza de la ciencia? La respuesta que nos dan es muy clara:
Los resultados de la encuesta muestran que cuando los profesores explican y demuestran frecuentemente los conceptos científicos, y discuten las preguntas de sus alumnos (un método de enseñanza comúnmente llamado «enseñanza dirigida por el maestro»), estos obtienen mejores resultados en ciencias…”

Otro dato que proporciona Luri menciona lo siguiente:

“…según la misma OCDE, la práctica de metodologías de investigación (trabajo por proyectos, pongamos por caso) dista mucho de ser tan eficaz.
Por sorprendente que pueda parecer, no existe ningún sistema educativo en el que los estudiantes hayan declarado que han estado expuestos con frecuencia a la enseñanza basada en un enfoque de investigación (que les obliga a realizar experimentos o trabajos prácticos) que consiga una mayor puntuación en ciencias. Tras tomar en cuenta la situación socioeconómica de los estudiantes y de los centros, una mayor exposición a la enseñanza basada en un enfoque de investigación se correlaciona con peores resultados para los alumnos de 56 países.”

Finalmente, Gregorio Lucio refiere:

“Gabriel Heller Sahlgren —y no sólo él— lleva tiempo defendiendo que el éxito educativo de Finlandia, tal como se recogía en PISA, no se debe a las innovaciones introducidas en los últimos años, que era lo que los visitantes extranjeros acudían a ver, sino los métodos de carácter más tradicional, basados en la instrucción directa, que se practicaban en las escuelas hasta la década de 1990… También el laboratorio de Neurociencia Cognitiva del Desarrollo de la Universidad de Granada ha comprobado, …que «la ayuda proporcionada por el educador produce beneficios mayores que son observables tanto a nivel cognitivo con la ejecución de pruebas de razonamiento, como a nivel cerebral, con equipos de EEG [electroencefalografía] de alta densidad»”.

Sirva, entonces, la información anterior para reflexionar si las propuestas didáctico-metodológicas actuales pueden contribuir en la mejora de resultados educativos y abatir el gran rezago educativo que existe o, por el contrario, dichas formas de trabajo pedagógico contribuyen a deteriorar nuestro sistema educativo y la enseñanza de chicas y chicos.

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Un comentario

  1. Excelente análisis. Estoy de acuerdo.

    Como docente tengo la experiencia de que el proceso de aprendizaje siempre debe ser dirigido por el maestro y en algunos momentos dejar a los alumnos a que reflexionen y den propuestas de solución a alguna situación planteada.

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