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Miércoles de ceniza en el fin de la pandemia

Conversión y arrepentimiento. De aquí en adelante, durante 40 días, las lecturas y evangelios tomados del leccionario girarán en torno a estas palabras. “Todavía es tiempo, vuélvanse a mí […]” se exclamó en la primera lectura; “Ahora es el día de la salvación”, concluyó la segunda.

No hay flores en el templo, las imágenes permanecen cubiertas, se omiten momentos como el canto o recitación del gloria y el aleluya; y, una vez recibida la ceniza, algunos de los laicos se ponen de rodillas, cierran los ojos y se pierden en su momento. Entre ayunos, oraciones, penitencias, recibimiento de las cenizas y celebraciones eucarísticas muchos católicos abren paso al tiempo cuaresmal.

Llegó el miércoles de ceniza a Querétaro, considerado uno de los bastiones católicos del país. Con la pandemia todo tipo de encuentros se vieron en la necesidad de modificar las condiciones en las que continúan cierto tipo de rituales. Y las iglesias queretanas llegaron tarde a tan importante día, ya sea porque abrieron tarde o sencillamente no recibieron fieles antes del mediodía.

De manera sorpresiva, hubo otros templos en los que el morado, el cual simboliza preparación espiritual y penitencia, estuvo ausente. El color representa un tiempo de espera, penitencia y de conversión relacionado con los 40 días que pasó Jesús en el desierto. Ese morado se usa en cuaresma y las semanas de adviento, previos a la Navidad.

El tiempo ordinario terminó y, ahora el morado cuaresmal se instaura en los templos y en los fieles que se preparan para los días de Semana Santa y la esperada Vigilia Pascual donde todo se recubrirá de blanco nuevamente. A casi dos años del inicio de la pandemia por COVID-19, ¿cómo se vive el inicio de la cuaresma?

9:30 de la mañana, en el icónico templo de Santa Rosa de Viterbo no hay ni un rastro de tener la intención de abrir para el miércoles de ceniza, el único sonido que hay alrededor ni siquiera es el de los autos pasando por Ezequiel Montes, sino el agua cayendo de las fuentes frente a la Iglesia. Si continuamos por la calle Arteaga -en equina con Ocampo- se encuentra una pequeña Iglesia, la cual también se encontraba cerrada, incluso aún a las 10:49 permaneció cerrada.

Al doblar en Ocampo, llegamos a la esquina Francisco I. Madero, donde se encuentra la Santa Iglesia Catedral. Eran 9:34 de la mañana, en la entrada había un tablón de anuncios con una hoja en color morado alusivo al día de hoy: Miércoles de Ceniza del 2022, en este, se expone el horario de misas con imposición de la ceniza a las 8:00 a.m y 5:30 p.m, mientras que, los otros horarios eran únicamente para la imposición de ceniza de 10:30 a 7:30, con aplicación cada media hora, y un espacio libre entre 1:30 a 6 de la tarde.

Regresamos a las 10:56 de la mañana, y encontramos al padre en la entrada, nos acercamos para preguntar si nos permitía tomar fotos de la parte interna de la Iglesia a lo que amablemente aceptó. El manto que cubría la mesa del altar, era de color morado, y había más gente que a las 9 de la mañana: 10 personas distribuidas en el recinto, entre hincados y sentados.

Más adelante -entre Ocampo y Balvanera- se encuentra el Templo Expiatorio Diocesano Carmelitas. A este llegamos cerca de las 9:42 de la mañana, al igual que en la Catedral, en la entrada se encontraba un dispensador de gel, con la única diferencia de una mujer rociando a las personas en la entrada con desinfectante. Aquí se encontraban 15 personas, las bancas estaban marcadas con una palomita o una tache en los lugares disponibles para sentarse manteniendo una sana distancia. Todavía sin misa, algunos se encontraban rezando frente al altar; otros se paraban de su asiento, miraban un momento al altar para después hacer una reverencia y salir por el lado izquierdo de la Iglesia.

Cinco minutos más tarde, llegó el padre cantando; invitó a los presentes a dejar limosna en los depósitos cercanos al altar con la promesa de que esos recursos están destinados a casas hogares. Un par de personas se acercaron a los lugares de los presentes para ofrecer trípticos informativos con el discurso del padre en el que insistió en el ayuno y el no comer carne.

Además, se encontraba el horario de misas: de 5:30 am, 8:00 am, 11:00 am, 6:00 pm y 7:00 pm. Mientras que la imposición de la ceniza estaría disponible de 5:30 de la mañana a 9 de la noche. El recinto estaba decorado con tonos blancos y morados.

Siguiente parada, el exconvento de Santa Clara. Cuando pasamos eran 9:59 de la mañana y se encontraban en misa porque las puertas estaban cerradas, por lo que no pudimos ni pasar a asomarnos. Para las 10:31, regresamos a darnos una vuelta y encontramos la entrada abierta. Solo había imposición de ceniza, eran únicamente 3 personas entre sentados e hincados. Una ministra se acercó y nos ofreció una hojita con el rito breve para la imposición de ceniza en familia o en el lugar de trabajo.

Preguntó si ya la habíamos recibido a lo que asentimos, y nos ofreció una bolsita con ceniza para llevarle a nuestros familiares que no pudieron asistir a misa. Del altar del templo contaba con unas mantas de color morado colgando alrededor y una pequeña mesita con la ceniza dentro.

Esperar para ser la primera
A unos cuantos metros, se encuentra el Templo San José. A las 10:03 de la mañana y encontramos a 10 gentes esperando: un par de hombres tocaron las puertas del recinto, pero no abrieron. Fue a las 10:06 que abrieron una puerta, pero fue para tirar agua porque estaban limpiando, e inmediatamente la volvieron a cerrar. Una señora de cabello completamente blanco para preguntarle por qué estaba esperando en esa Iglesia señaló que a pesar de haber otros templos, ella esperaría ahí: “es la única en donde todos los días confiesan temprano, si quieres te puedes quedar a misa o al rosario”; la misa empezaba a las 10:30, pero ella esperaba ser la primera en pasar.

Templo de San Francisco, 10:16 de la mañana. Ahí nos encontramos con 24 personas dentro y todo en silencio, al punto de que si uno tosía retumbaba el eco por todo el recinto. Algunos estaban sentados, otros hincados; algunos iban saliendo, mientras otros se tomaban el tiempo de llegar para sentarse a orar, ciertos fueron directamente con el padre a recibir ceniza para posteriormente retirarse.
En dos minutos, ya no éramos 24 personas dentro, ya éramos 31 los que habíamos cruzado la puerta. Sin embargo, el altar no contaba con los tonos morados.

Cuando salimos, volvimos a pasar por el templo San José, eran cerca de las 10:28 de la mañana, y encontramos una fila de 30 personas formadas para ingresar a la Iglesia. Cinco minutos más tarde ya eran 36, hasta que abrieron las puertas, y los recibió una ministra dando gel en la entrada. Este fue el único recinto donde no solo había un dispensador de gel, sino que había alguien para aplicártelo y que no hubiera la necesidad de que todos lo tocasen. Sin embargo, las personas ingresaron para el rosario y confesiones, porque la misa sería a mediodía.

De regreso, pasamos por el templo de San Agustín la misa sería hasta las 7 de la noche por las personas que tomaron el día. Aquí, el manto que recubre la mesa del altar también era morado.
Finalmente, pasamos por el templo de Santo Domingo -sobre Guerrero, entre Pino Suárez y Arteaga- cerca de las 10:44 de la mañana, el templo estaba cerrado.

Conversión y arrepentimiento
El ultimo repique de campanas ha terminado y con él la celebración eucarística, con la que oficialmente se abre paso al tiempo litúrgico de la cuaresma, ha comenzado en la Parroquia de Jesucristo sumo y eterno sacerdote ubicada a la orilla de la avenida Pie de la Cuesta.

Ocho de la mañana y la asamblea se pone de pie para recibir al sacerdote junto con sus ministras y lectores. Todos uniformados de negro y blanco, excepto el presbítero, quien, con su ornamento color morado también anuncia el cambio del tiempo litúrgico marcado en el misal romano. Hoy la cuaresma ha dado inicio con el rito de la imposición de ceniza. Ha llegado nuevamente ese tiempo del año.

El morado abraza a todos los presentes: se puede observar en el ornamento del sacerdote, en el mantel del altar, en la tela que cuelga del ambón y en la tela que recubre algunas de las imágenes de la parroquia y que permanecerán cubiertas hasta la llegada de la pascua.

El templo se encuentra casi lleno -dentro del aforo indicado-, dos personas por banca, y algunos lugares aún disponibles. Vienen algunas familias, algunos jóvenes, pero sobre todo adultos y personas de la tercera edad quienes escuchan atentamente la homilía presidida por el sacerdote; quien habló sobre el inicio de este tiempo de gran relevancia para la iglesia católica, tiempo de conversión y tiempo de arrepentimiento.

Una vez terminada la homilía, los ministros junto con el sacerdote se dispusieron a realizar la imposición de ceniza. “Arrepiéntete y cree en el evangelio”, exclamaban cada que un feligrés inclinaba la cabeza y le colocaban las cenizas.

Dafne Azuby Arreola Santana

Estudiante de la Licenciatura en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Querétaro. Parte del equipo de Verificado Tribuna durante las elecciones 2021 y reportera de Tribuna Diario desde agosto de 2021.

Marián Ángeles

Estudiante de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Reportera de Tribuna de Querétaro desde 2021

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