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Luis Echeverría en la polémica

Un libro no se juzga por su portada ni por su presentación, sino por su contenido. Sin embargo, el pasado domingo 12 de febrero, en la Ciudad de México, la presentación de un libro titulado Echeverría visto a través de su tiempo, en el que se compilan una treintena de testimonios de colaboradores cercanos al entonces presidente de México entre 1970 y 1976, levantó la polémica porque, dicen, el evento terminó siendo un homenaje al hoy fallecido expresidente y, como es usual en los homenajes, se destacaron las supuestas virtudes del homenajeado y se omitieron sus aspectos más criticables. Y, por el papel que tuvo Luis Echeverría Álvarez en las matanzas del 2 de octubre de 1968, como secretario de Gobernación, el 10 de junio de 1971, ya como cabeza del poder Ejecutivo, y, en general, en la llamada ‘guerra sucia’, las omisiones resultaron muy llamativas.

Veteranos priistas de la era ‘dorada’ del Partido Revolucionario Institucional se hicieron presentes en el casi homenaje póstumo: Augusto Gómez Villanueva, Sergio García Ramírez, Alfredo Ríos Camarena —quien cometió una pifia al confundir a Salvador Allende con Augusto Pinochet—, Pedro Joaquín Coldwell, Francisco Javier Alejo, Beatriz Paredes y la queretana Silvia Hernández. También estuvieron expriistas como Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez (senadora de Morena). Todos ellos, sus familiares e invitados entonaron el Himno Nacional, a cargo de una banda militar. En el presídium estuvo el general José Ángel García Elizalde, representante del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, quien, meses atrás, había protagonizado otra polémica, al considerar que los militares caídos durante la ‘guerra sucia’ lo habían hecho para garantizar la seguridad nacional y que, por ende, merecían un homenaje, un monumento. Quizá como el que el 12 de febrero le hicieron a Echeverría, por lo menos. Al Himno Nacional le siguió un minuto de silencio, al cual le siguieron casi cuatro horas de palabras elogiosas.

Al día siguiente, el lunes 13, el Comité 68, compartió su denuncia ante el ‘homenaje’ y la participación del Ejército mexicano en el mismo. “Denunciamos que cualquier homenaje a los perpetradores de crímenes de Estado es un agravio en contra de toda la sociedad mexicana y un atentado a la justicia […]. Su acérrimo defensor, el abogado Juan Velázquez, se ha encargado de difundir la mentira de que el expresidente Luis Echeverría fue exonerado” de los cargos que se le imputaron en junio de 2006, en torno a su responsabilidad por la matanza del 2 de octubre, por los cuales se decretó su prisión domiciliaria hasta marzo de 2009, pero que, ante la falta de pruebas, se decretó su libertad bajo la reserva de ley, que no es lo mismo que exonerar. “A pesar de la inacción de justicia [por parte de la PGR], murió sentenciado por el pueblo mexicano, como el genocida que es”. La narrativa del Ejército y de quienes participaron en la ‘guerra sucia’ del lado de las instituciones del Estado, han buscado limpiar su cara y sus manos manchadas de sangre, “misma que está cobijada por el presidente Andrés Manuel López Obrador”, afirmó el Comité 68. Una vez más, la historia está en el centro de la polémica.

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