Plaza de Tlaxcoaque; memoria de la ignominia

En el mundo existieron (existen) lugares que son una vergüenza para la humanidad, espacios donde los gobiernos torturan a personas inocentes, opositores al sistema, todo en ‘justificación’ de mantener el orden.
Práctica común de gobiernos dictatoriales, democráticos, de cualquier signo político es utilizada por sus policías legales e ilegales.
En Argentina, durante las dictaduras militares del 24 de marzo de 1976 al 10 de diciembre de 1983, los centros de detención y tortura eran apoyados por el gobierno de los Estados Unidos que proporcionaba tácticas y logística para ‘combatir’ al comunismo.
El centro clandestino de detención más famoso estuvo en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), ubicado en el casino de oficiales de la Armada Argentina, en la zona norte de Buenos Aires. Funcionó de marzo de 1976 a noviembre de 1983; luego de las elecciones en las que ganó Raúl Alfonsín, dejó de estar en servicio.
Otro fue lugar de vergüenza lo fue el Estadio Nacional de Chile que, en septiembre de 1973, fue habilitado como centro de detención y tortura para militantes de la Unidad Popular; en el 2003 el Estadio fue declarado Monumento histórico.
Y en Nicaragua existe el penal de ‘El Chipote’, cárcel que fue utilizada por el gobierno de Anastasio Somoza, en la que estuvo preso el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que al igual que el dictador Somoza la usa como centro de tortura y confinamiento contra sus opositores.
Estados Unidos de Norteamérica, tiene el Centro de Detención de Guantánamo, que es una prisión militar de alta seguridad en la Base Naval de la Bahía de Guantánamo en Cuba. Desde 2002, las autoridades estadounidenses la han usado como centro de detención para acusados de terrorismo; la prisión militar fue autorizada por el presidente George W. Bush en 2002.
Y en la Ciudad de México, en la Plaza de Tlaxcoaque donde se ubica la capilla de La Concepción, estaba el edificio de la Dirección General de Policía y Tránsito, construido en 1957 por el arquitecto Sordo Madaleno e inaugurado el 14 de octubre de 1957 por el presidente Adolfo Ruiz Cortines y el regente del Distrito Federal Ernesto P. Uruchurtu.
En este lugar fueron perpetrados sistemáticamente hechos violatorios de derechos humanos -entre 1957 y 1989—. En ese edificio las corporaciones policiacas del Departamento del Distrito Federal cometieron crímenes y graves violaciones a los derechos humanos en el ‘sótano de Tlaxcoaque’, donde se practicaba toda clase de torturas a presuntos delincuentes y personas inocentes.
Los policías utilizaban autos con placas sobre puestas y sin identificación alguna, eran acompañados por unos sujetos a los que apodaban ‘madrinas’ que en algunos casos eran delincuentes y aspiraban al puesto de agente.
El sótano era un lugar mal iluminado, maloliente, a la entrada había agentes que impedían la entrada a cualquier persona que buscaba a un amigo o familiar detenido, ahí todo era extorsión.
Como jefes de Policía del entonces Distrito Federal, estuvo Luis Cueto Ramírez durante el movimiento estudiantil de 1968. En el sexenio de José López Portillo estuvo al frente de la Dirección Arturo Durazo ‘El Negro’, detenido en Puerto Rico el 29 de 1984; era prófugo desde 1982. Todos y cada uno de los jefes de Policía del DF sabían de los actos de tortura y ninguno impidió su práctica; era un secreto a voces el actuar de los agentes de policía.
El gobierno de la Ciudad de México rescató el área donde estaban los separos en el sótano del edificio y será un recinto para reivindicar y honrar la memoria de las víctimas.
Y los nostálgicos ven que el tiempo pasa y las viejas prácticas de ciertas áreas de la policía no cambian.